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Cuando Silvia Trigueros recibió la llamada de un cliente habitual para intervenir en un ático de Chamberí, la emoción fue inmediata. Sin embargo, la primera visita cambió por completo sus expectativas. ''Cuando llegamos a visitarlo, la primera impresión fue terrible. Pese a que era una construcción relativamente nueva, el piso se encontraba en unas condiciones pésimas'', reconoce sin tapujos la interiorista.
La casa, ubicada en un edificio de apenas 15 años, presentaba un panorama desolador que comenzaba en la terraza. ''La terraza se llevaba la peor parte, había sido cubierta en su totalidad con cristales, hacía un calor terrible, hasta el punto de que habían colocado aire acondicionado. Además, el suelo de exterior había sido barnizado hace años y se encontraba muy deteriorado'', explica Silvia Trigueros.
La primera decisión fue clave: devolver a la terraza su verdadera esencia. ''Lo primero que decidimos fue desmontar todo este cerramiento y devolver a la terraza su carácter de espacio exterior, muy amplio además y con una orientación perfecta'', detalla.
El mobiliario de la terraza, de Borek, conjuga elegancia y discreción. Los textiles de Pepe Peñalver y Alhambra, junto con los arreglos florales de Casa Florida, las velas de Cerabella y los toldos de Saxun, completan un ambiente donde ''el mobiliario permite disfrutar de la terraza con amigos, pero también disfrutar del sol'', según la interiorista. Los cojines estampados y lisos de exterior de Alhambra y el plaid de Zara Home sobre la tumbona añaden confort al conjunto, mientras que los bowls y bandejas, también de Zara Home, aportan funcionalidad.
En el interior, los desafíos seguían siendo importantes. ''Los materiales estaban muy deteriorados, la iluminación estaba obsoleta y solo pudimos mantener la distribución de los espacios casi intacta'', cuenta la interiorista. La renovación comenzó por la base: un suelo de roble natural de Timber Art que devolviera la calidez perdida, mientras que los baños y la cocina fueron completamente renovados. La intervención arquitectónica se mantuvo sutil, con molduras decorativas de Orac Decor en techos, paredes y rodapiés que enmarcasen ''sin recargar el espacio y conservaran el carácter moderno del edificio''.
La cocina representó un desafío particular debido a sus dimensiones reducidas y la imposibilidad de ampliarla. ''Tuvimos que hacer magia para conseguir que el espacio resultara funcional y cálido'', confiesa.
El mobiliario de BC3 Cocinas, las encimeras de Sapienstone y el suelo de porcelánico de Grupo Iris configuran un espacio donde cada centímetro cuenta.
En la zona del office, la mesa de Ondarreta se acompaña de un par de sillas de Andreu World en un sutil color verde, mientras que la lámpara suspendida de Fritz Hansen agrega carácter. El atrezzo de Zara Home, incluyendo botes, bandejas y paños, junto con el cuadro collage de Alejandra Duarte apoyado en la mesa, completan este coqueto rincón.
Los baños experimentaron un cambio radical. Antes ''oscuros y con una sofisticación anticuada'', ahora destilan ''frescura y luminosidad'' gracias a un porcelánico de Grupo Iris que imita moqueta.
Los muebles de Ad Bath se combinan con griferías de Hansgrohe. Asimismo, los interruptores de Bticino aportan un toque contemporáneo. En el baño principal, el jarrón de Judith San Quintín convive con toallas y botes de Zara Home, mientras que el aseo de cortesía luce papel pintado de Arte, complementado con un jarrón y toalla de Zara Home y libros antiguos de Deco Hamelyn.
Uno de los aspectos más personales del proyecto fue la recuperación de elementos con historia. ''Recuperamos muebles que ya había diseñado para ellos hace años para otra vivienda y piezas antiguas que también eran conocidas para mí y que, en esta ocasión, restauramos para darle a todo el espacio más frescura y luminosidad'', explica Silvia Trigueros.
La paleta cromática elegida conecta directamente con el exterior: azules, verdes y ocres que dialogan con la terraza. En el salón, el sofá principal de Rabadán Deco se combina con otro sofá con patas tapizado en terciopelo –propiedad del cliente– y butacas de Fritz Hansen. Las mesas de centro, diseñadas por el estudio y fabricadas por ebanistería Montesinos, se convierten en el epicentro de la zona de estar, decoradas con libros antiguos de Deco Hamelyn, botellas de cristal y un bowl ocre de Judith San Quintín, además de bandejas de Guaimaró.
El secreter restaurado por el estudio, situado junto al ventanal, contrasta con la librería del salón, también de diseño propio y fabricada por ebanistería Montesinos, que alberga libros antiguos y decorativos de Deco Hamelyn. El mueble contenedor en laca brillo, diseñado por el estudio y fabricado por Evanyrouse, optimiza el almacenaje sin renunciar al estilo. La mesa auxiliar antigua del cliente, situada en la entrada al salón, ha sido restaurada para integrarse perfectamente en el conjunto.
Los textiles juegan un papel fundamental: cojines de Harlequín en Pepe Peñalver en azul grisáceo y blancos de rombos en zigzag, terciopelos lisos azul grisáceo de Alhambra, terciopelo ocre de Lizzo y estampados también de Lizzo. La lámpara de pie de Judith San Quintín aporta luz ambiente, mientras que la alfombra antigua del cliente ancla la zona de sofás. Los papeles pintados de Arte añaden carácter y sofisticación.
El díptico de Cova Tellaeche, un acrílico sobre tabla de la Galería El Obrador, preside el salón encima del aparador, mientras que otros cuadros en tonos ocres de la misma galería completan la selección artística de esta zona.
En el comedor, la mesa diseñada por la interiorista se rodea de la sillería antigua del cliente, retapizada por Rabadán. La lámpara de Ochio ilumina el conjunto, mientras que la escultura de hierro lacado de Maite Carranza, procedente de la Galería El Obrador, corona el aparador junto con jarrones de cristal de Judith San Quintín y un espejo antiguo del cliente. El cuadro de Iratxe Arteta añade color y personalidad. Por su parte, la alfombra de Lorena Canals delimita el espacio.
El hall de entrada presenta una cuidada selección de elementos: la consola de Evanyrouse sostiene varios libros antiguos de Deco Hamelyn y jarrones de O4 Home, mientras que el cuadro de Marta Besada –con sus trazos de colores vivos– queda reflejado en el espejo del cliente.
En el dormitorio principal, la cama tapizada de Rabadán Deco –a juego con el papel pintado de Arte– se acompaña de mesillas y banco a pie de cama de Evanyrouse. Los textiles de Pepe Peñalver incluyen cojines estampados de Harlequín, cojines ocre lisos de terciopelo de Lizzo, cojines lisos azul de terciopelo de Alhambra y un plaid de lino.
Las lámparas de mesa de Judith San Quintín proporcionan una agradable luz de lectura al mismo tiempo que conciben un ambiente de intimidad y dotan de elegancia a la estancia, mientras que los visillos de Rabadán filtran la luz natural. Todo ello se complementa con los libros de Deco Hamelyn en las mesillas y los arreglos florales de Casa Florida.
''Un reto importante para mí en este proyecto fue que los clientes se sintieran identificados con la casa, como si siempre hubiera sido su hogar'', concluye Silvia Trigueros. ¿El resultado? Impecable.
Proyecto: Silvia Trigueros. Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).