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Pintar las paredes de casa no es solo una cuestión estética. Con el paso de los años, los colores pierden intensidad, las superficies acumulan roces y manchas y, en muchos casos, la pintura empieza a deteriorarse. Ya hemos tratado el tema en otra página sobre cómo limpiar paredes de los dibujos de tus hijos sin estropear la pintura, según los expertos, pero pintar las paredes cada cierto tiempo es una forma sencilla de mantener la casa en buen estado, prolongar la vida de los acabados y, sobre todo, disfrutar de un entorno más agradable y acogedor.
Además, la pintura también influye en el confort, en el estado de ánimo y en la salud. Al repintar, eliminamos la suciedad, el polvo o los restos que pueden acumularse en la superficie y damos una nueva capa protectora que ayuda a preservar los muros. Una casa recién pintada transmite frescura, orden y limpieza, algo que repercute directamente en la calidad de vida de quienes la habitan.
La elección del color: un factor clave
Tan importante como la frecuencia con la que pintamos es la elección del color adecuado y los interioristas tienen sus propios trucos para elegir el color de las casas con las que trabajan. Los tonos de las paredes tienen un gran impacto en el ambiente de la vivienda y en el estado de ánimo. Colores cálidos aportan sensación de cercanía, mientras que los tonos fríos pueden transmitir calma y serenidad. Del mismo modo, optar por una paleta clara puede dar más amplitud visual, y los tonos oscuros, bien utilizados, crean profundidad y elegancia.
Aquí es donde entran en juego las recomendaciones de profesionales de la decoración y el interiorismo. En un vídeo de TikTok publicado por Jameos Estudio, se lanza una reflexión que rompe con una de las creencias más extendidas: "Si tu habitación es pequeña y no está muy bien iluminada, lo único que vas a conseguir pintándola de blanco es generar unas sombras grises frías". Según esta visión, el blanco no siempre es la mejor opción, incluso en habitaciones pequeñas.
Alternativas al blanco tradicional para pintar una casa pequeña
En el vídeo, un interiorista de Jameos Estudio explica que, en lugar de recurrir al blanco, puede ser más interesante apostar por un gris suave que aporte profundidad y contraste, manteniendo el techo en blanco para no perder luminosidad. Esta combinación crea una sensación de equilibrio y modernidad, al mismo tiempo que evita el efecto de sombras frías que puede producir una pared completamente blanca en espacios poco iluminados.
Otra alternativa que gana protagonismo en la decoración actual son los tonos beige o gris dorado. Estas gamas aportan calidez y naturalidad, ayudando a que el dormitorio o el salón resulten más acogedores sin necesidad de recurrir a colores muy intensos. Además, son tonalidades versátiles que combinan con muebles de distintos estilos, desde los más modernos hasta los más clásicos.
Pintar las paredes con criterio y siguiendo las recomendaciones de expertos es, por tanto, una inversión que mejora no solo la estética, sino también la funcionalidad de la casa. Cada color tiene el poder de transformar un espacio, de hacerlo más cómodo y de adaptarlo a las necesidades de quienes lo disfrutan. Dedicar tiempo a planificar la próxima pintura de tu casa es asegurarse de que el resultado no solo se vea bonito, sino que también se sienta bien en el día a día.
