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El punto de partida para el interiorismo de este apartamento de 90 metros cuadrados fue el propio estilo de vida de los propietarios: un joven matrimonio que vive rodeado de arte, música, naturaleza y gastronomía. La reforma, realizada sin intervenciones estructurales y firmada por Camila Palladino, de Palladino Arquitetura, se diseñó en torno al acervo artístico y a los objetos personales, integrando cada pieza de forma orgánica en el resultado final.
La propuesta se apoya en tres pilares claros: una curaduría de obras y piezas artesanales muy bien elegidas, el protagonismo de materiales nobles con texturas naturales y una estética que equilibra lo contemporáneo con lo atemporal. Cada ambiente del apartamento refleja esa coherencia, "desde el hall de entrada hasta los espacios más íntimos, creando una narrativa visual continua".
El área social es, sin duda, el núcleo del proyecto. La arquitecta integró sala de estar, cocina y balcón en un único espacio amplio y funcional, pensado para favorecer la convivencia. La cocina negra, de líneas limpias y con acabados texturizados, se convierte en uno de los puntos más distintivos de la vivienda. Sus electrodomésticos mimetizados y el diseño sobrio le confieren una sofisticación que no renuncia a la practicidad, funcionando tanto para el día a día como para recibir invitados. El living, por su parte, incluye un sofá isla versátil que permite diferentes configuraciones, mientras una pared de ladrillos naturales aporta calidez y, al mismo tiempo, refuerza el confort acústico del ambiente.
La relación con la naturaleza aparece en cada rincón. Muchas de las plantas ya pertenecían al matrimonio y fueron integradas en el proyecto, reforzando la sensación de continuidad entre interior y exterior. En el balcón gourmet, concebido como un espacio de encuentro y relax, se apostó por un paisajismo ligero, respetando las especies existentes e incorporando soluciones simples para potenciar su presencia. De este modo, el verde se convierte en un elemento activo del interiorismo, suavizando la contundencia de la cocina oscura y equilibrando el conjunto.
En la zona íntima, la propuesta incluye soluciones diseñadas a medida para responder a las rutinas individuales de los propietarios. Destacan los dos despachos con armarios integrados: uno concebido con un enfoque más funcional, el otro con un carácter sensorial y envolvente, pero ambos vinculados al lenguaje global del apartamento. La suite principal se configura como el ambiente más íntimo y afectivo, en el que una obra de arte central domina la composición. La paleta cromática en tonos suaves y el uso de materiales naturales refuerzan la sensación de calma buscada.
Los dos baños de la vivienda ofrecen un interesante contraste. Uno responde a un lenguaje limpio y contemporáneo, con líneas claras y materiales sobrios, mientras el otro apuesta por una estética más cálida y atrevida. Aun con estas diferencias, la coherencia se mantiene gracias a la selección de acabados refinados y una iluminación cuidadosamente estudiada que resalta las texturas y genera atmósferas diferenciadas.
Más información: palladinoarquitetura.com.br
