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La casa Apto 801 BCN, diseñada por Tarq Studio, ocupa 315 metros cuadrados en un edificio cuya estructura rígida imponía límites claros desde el inicio. La imposibilidad de modificar pilares y muros obligó a centrar la intervención en el interiorismo, utilizando materiales, mobiliario y luz como herramientas para redefinir la forma de habitar el espacio. Más que transformar la planta en términos constructivos, el reto consistió en conseguir que un marco arquitectónico estático se convirtiera en un entorno dinámico, flexible y lleno de vida cotidiana.
La casa se construye en torno a tres conceptos fundamentales: la luz como materia principal, la continuidad espacial y la calidez material. "Cada decisión de diseño buscó reforzar estos pilares, eliminando barreras visuales innecesarias y privilegiando la circulación natural del aire y la luz. En coherencia con nuestra filosofía, no se diseñaron espacios para ser ocupados, sino para ser sentidos: ambientes que despiertan emociones y generan vínculos con quienes los habitan".
Uno de los principales logros del proyecto fue conseguir continuidad espacial sin alterar la disposición estructural existente. El ingreso al apartamento actúa como una transición serena hacia una gran área común que integra sala, comedor y cocina en un solo gesto, de forma que se conciben como un espacio abierto, donde los recorridos se entrelazan y la luz fluye de un extremo a otro. La decisión de integrar los usos comunes refuerza la amplitud y crea un ambiente social que, sin necesidad de tabiques, está claramente jerarquizado mediante el mobiliario. Sofás, mesas y paneles de madera funcionan como límites suaves que ordenan la planta sin interrumpir la visión.
La elección de materiales fue otro recurso clave para superar las limitaciones de partida. Tarq Studio recurrió a una paleta neutra, con tonos claros que potencian la luminosidad y una madera suave que aporta calidez. La coherencia cromática asegura que no existan rupturas entre estancias, de modo que el apartamento se percibe como un conjunto armónico. Los detalles verdes en textiles y vegetación introducen un contraste fresco que conecta sutilmente el interior con el exterior, sin romper la atmósfera tranquila que define la vivienda.
El área privada se resolvió separando las habitaciones de la zona social. De este modo, los dormitorios disfrutan de una mayor intimidad sin perder acceso a la luz natural. La transición entre ambas áreas no se plantea como un corte brusco, sino como una progresión pausada en la que la iluminación y la materialidad suavizan el paso entre lo público y lo privado. La fluidez visual se mantiene también aquí, reforzando la idea de continuidad que recorre todo el proyecto.
En lugar de fragmentar, se decidió enfatizar la transparencia y la ventilación cruzada, buscando que todos los elementos se complementaran. Tal y como concluye el estudio, "el resultado es un espacio que no solo responde a su contexto, sino que lo interpreta con sensibilidad. Un proyecto que no busca ser una pieza de exhibición, sino una experiencia vital, armónica y esencial".
Más información: tarqstudio.com