El trayecto en coche de dos horas y media desde Florencia hasta los acantilados de Cala Piccola no es apto para pusilánimes. Tras serpentear por una estrecha carretera desde Porto Santo Stefano sobre un terreno rocoso y descender por un camino empinado (antigua vereda de mulas) hacia el mar, se accede a una entrada, un patio y una verja que conducen a la casa encantada de los fabricantes de ropa de hogar de lujo Federico y Gaia Leonori Pratesi. Diseñada originalmente en 1967 para los padres de Gaia por el arquitecto romano Mario Fiorentino, la casa de 200 metros cuadrados está construida con materiales humildes como piedra local de Argentario y tejas de terracota.

“Su filosofía era la de la armonía: utilizar materiales que parecieran moldeados por la propia tierra”, explica Gaia.

Las aguas turquesas de la cala que se extiende a los pies de la casa pertenecen a Monte Argentario, una península en la costa sur de la Toscana. En pleno verano, los balnearios costeros italianos del norte y del sur (Forte dei Marmi, Amalfi) laten con oleadas de visitantes, mientras que en Cala Piccola el ambiente sigue siendo sereno.

portrait of federico and gaia leonori pratesi at their home in tuscany
Serena Eller Vainicher for VERANDA
Federico y Gaia Pratesi.
casa en la toscana: porche
Serena Eller Vainicher for VERANDA
El hijo de los Pratesi, Athos, en la terraza construida con terracota florentina, donde la mesa de comedor, cubierta con el estampado fucsia Ananas’ Kiss de Verderoccia, está dispuesta para una relajada comida veraniega.

Durante décadas, este resguardado enclave ha sido un refugio tanto para florentinos como para romanos (así como para la realeza de Hollywood Elizabeth Taylor y Richard Burton, que encontraron cobijo en el hotel Torre di Cala Piccola mientras rodaban Cleopatra), y las familias de Federico y Gaia comparten una historia común de veraneos en la península. También es un lugar significativo para la pareja: se conocieron aquí en 1999, mientras flotaban en una balsa en mitad de la bahía, y se casaron tres años después. Ahora regresan con sus dos hijos, Athos y Margherita. “Hay lugares que no solo nos pertenecen; nosotros pertenecemos a ellos”, comenta Gaia sobre su vínculo con la tierra y el mar.

casa en la toscana: jardín con escalera de piedra hasta el mar
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Una escalera de piedra baja desde la casa y el jardín hasta el mar.
lounge chairs on a grass lawn with hill view behind it
Serena Eller Vainicher for VERANDA
A pair of chaises, with cushions upholstered in a citrine Alessandro Bini outdoor fabric with cerulean trim, on a garden terrace.

Aquí la vida transcurre al aire libre. Más allá de su casa de cuatro dormitorios en la ladera, unos escalones construidos a ambos lados de la vivienda conducen a un césped ideal para las siestas de la tarde y para tomar el sol bajo las palmeras. Gaia pasa los días cuidando los jardines que la rodean, donde prosperan desde abril hasta el otoño vivaces resistentes como las matas verdes de lentisco, las brillantes buganvillas y el azul plumbago.

La puesta de sol marca la hora del aperitivo, cuando Federico prepara un gin-tonic toscano (con “un chorrito de zumo de pomelo y una ramita de romero”, señala) para servir en la terraza con vistas a Giglio, una pequeña isla del cercano archipiélago. El marisco local, como la impepata di cozze (mejillones con pimienta) servida caliente y llena de sabor, es un delicioso preludio a las comidas improvisadas que se desarrollan con amigos.

casa en la toscana: aperitivo en el jardín
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El aperitivo de los Pratesi: gin-tonics toscanos con anacardos tostados, aceitunas verdes y patatas fritas.
casa en la toscana: mesa en el jardín con vistas al mar
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Una mesa de jardín para contemplar la puesta de sol. Mantelería de Verderoccia.

Federico describe el menú como “Kilómetro Cero”, el equivalente en Argentario del slow food, que podría incluir pasta con una salsa de tomates cherry de la cercana Maremma y Treccia di mozzarella, un queso napolitano trenzado elaborado con leche de vaca. Después de la cena, la escena, digna de Fellini, continúa con una partida de buraco (cartas) bajo las estrellas o un baño nocturno en el mar.

“Recibir es algo que valoramos profundamente, tanto en Florencia como junto al mar, pero la forma en que lo hacemos no podría ser más diferente”, comenta Gaia, subrayando el doble estilo de vida que llevan. Los fines de semana son tranquilos en comparación con su vida entre semana en Florencia, donde dirigen Verderoccia, una línea artesanal de mantas de cachemir, edredones bordados, fundas de almohada y otras piezas de lencería de lujo que Gaia fundó en 2019, con Federico a cargo del diseño.

Florencia es también el lugar donde el bisabuelo de Federico, Remigio Pratesi —un comerciante de vino casado con una costurera— inició en 1906 el oficio que se convertiría en su sello distintivo: el bordado de manteles. Su abuelo, Brunetto, continuó el legado, pero fueron finalmente los padres de Federico quienes llevaron la empresa de lencería a nivel internacional, presentando sus refinadas colecciones de lino hecho a mano en Estados Unidos y en todo el mundo.

casa en la toscana: dormitorio principal color verde
Serena Eller Vainicher for VERANDA
El dormitorio principal, revestido de rafia, está decorado con vivos colores mediterráneos, apliques en forma de abanico, franjas en las paredes y suelos pintados a mano a juego con el ribete bordado de la ropa de cama Ramina Green de Verderoccia.
casa en la toscana: cocina con cristaleras al jardín y muebles color negro
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La cocina, con cerramientos de hierro y cristal, invita a que el paisaje entre en el interior.

«Verderoccia no es un regreso al pasado, sino más bien una nueva expresión de lo que significa la artesanía hoy en día», explica Federico. Con la apertura prevista para septiembre de su tienda insignia en Estados Unidos, en Park Avenue de Nueva York, ambos mantienen la mirada fija en el horizonte, ya sea construyendo su propio imperio de lino o descansando en los acantilados de su querido Monte Argentario. «Cuando algo termina», añade, «algo nuevo comienza».

Diseño de interiores y paisajismo: Federico y Gaia Leonori Pratesi; Fotografía: Serena Eller Vainicher; Redacción y producción: Melissa Feldman.

Vía: Veranda
Traducido y editado por Puri Ramón