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Situada en plena naturaleza, al pie de la sierra de Gredos y rodeada de pozas de agua que bajan de las gargantas, el enclave de esta casa no puede ser más idílico. Por eso, el estado ruinoso en que se encontraba, prácticamente sin cubierta ni compartimentación interior, no era un impedimento mayor, solo un obstáculo a superar. La parcela, con cierto desnivel, contaba con dos construcciones y sobre esta base se desarrolló el proyecto de dos viviendas independientes para los propietarios y su familia: una ubicada en la parte inferior, destinada a los padres, y otra en la superior, a los hijos e invitados: así se aseguraba la privacidad y funcionalidad dentro del núcleo familiar. El estudio S+DLH, compuesto por Inés y Mercedes Sierra y Javier de la Higuera, fue el encargado de ejecutar esta edificación y de dar vida vida a los interiores. Para el trabajo de integración, tanto desde el punto de vista arquitectónico como del entorno natural, “hicimos varias visitas por los pueblos próximos a fin de conocer las construcciones de la zona”, explica Inés Sierra. La fachada de mampostería fue restaurada con piedra local y todos los materiales de los envolventes son artesanales. Las paredes se recubrieron con pintura croma aplicada de forma tradicional. El suelo es de baldosa de barro cocido de 10x20 y la chimenea del salón, la cocina y la fuente de uno de los patios se han revestido de azulejos esmaltados.
Los dueños deseaban disfrutar de este refugio durante todo el año; fue prioritario por ello reforzar el confort y la calidez interior con buenos aislamientos y ventanas técnicas lacadas en un color terroso que se mimetiza con los tonos de la piedra. Se vistieron además con cortinas con buen cuerpo y los muebles tapizados y las alfombras y moquetas aportan textura y un look envolvente a las estancias. El interiorismo es elegante, pero ligero. Se han planteado espacios amplios y modernos que mantienen el espíritu rural de la casa: el salón-comedor es el ejemplo más claro, con la cubierta inclinada a dos aguas de doble altura y con vigas de madera a la vista. En cuanto al mobiliario, se reutilizó y adaptó el que los propietarios tenían trufando estas piezas -algunas son valiosas antigüedades- con otras propuestas contemporáneas ideadas por el estudio, como los preciosos armarios de la cocina y el baño, en madera de roble pantografiado con rayas verticales. “El objetivo era lograr un estilo atemporal que respetara la historia de los muebles existentes sin renunciar a un lenguaje estético más actual”, puntualiza Inés. Y esa filosofía, la del mestizaje de épocas y estilos, es la que ha guiado toda la reforma para dar como resultado esta casa. Un punto de referencia familiar en la que reunirse y olvidarse del mundanal ruido.
EL EXTERIOR DE LA CASA
La alianza con el pasado se refleja en los materiales autóctonos y en los pequeños objetos cotidianos.
SALÓN
COMEDOR
La joya de la corona es el tapiz La Odisea, basado en un gran cartón de Jacob Jordaens.
COCINA
COMEDOR EXTERIOR
DORMITORIO
Los interiores hablan por sí mismos: acabados exquisitos y una elegancia muy cálida reivindican su protagonismo en esta casa de alma rural.