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La reforma integral de esta casa ubicada en Bedford, Nueva York, de cinco dormitorios y seis baños, partía de la premisa de mantener la ubicación y los metros cuadrados de una vivienda que ya funcionaba para una familia con tres hijas, pero adaptarla a una nueva etapa vital con espacios más luminosos, conectados y funcionales. El encargo recayó en el estudio Amy Kalikow Design, que reorganizó la distribución interior, diseñó mobiliario a medida e incorporó soluciones arquitectónicas que potencian la vida cotidiana sin renunciar a una estética sobria, práctica y acogedora.
Nada más entrar, la reforma muestra sus intenciones con una zona de recibidor que destaca por una alfombra de diseño a medida, una nueva puerta principal y una luminaria escultórica que actúa como gesto de bienvenida. El comedor formal, uno de los espacios favoritos de la diseñadora, recibe al visitante con una pared revestida en paneles de madera y un aparador hecho a medida con el mismo material, marcando el tono del proyecto: atemporal, elegante y bien ejecutado.
El salón de la casa gira en torno a un sofá modular tapizado y diseñado para adaptarse a las necesidades de toda la familia. Las mesas de centro combinan sobre rígido y taburetes tapizados que se pueden desplazar fácilmente. El conjunto se completa con una chimenea rediseñada en yeso, ampliada para incluir espacio de almacenaje, y una cuidada iluminación con piezas de cuero trenzado diseñadas por la propia Amy Kalikow. El bar es otro de los espacios clave del proyecto. Concebido para acoger reuniones sociales y encuentros informales, se diseñó una composición de sofá doble con forma irregular, capaz de acoger a numerosos invitados sin perder estética. Aquí, el mobiliario a medida y la iluminación vuelven a ser protagonistas, demostrando cómo el lujo puede convivir con la funcionalidad.
La cocina, completamente renovada, incorpora nuevas ventanas y una gran puerta corredera de vidrio que permite una conexión directa con el exterior. El espacio, de forma alargada, requería soluciones precisas para mantener el flujo de movimiento sin renunciar a zona de comedor. Las encimeras, los muebles a medida y los taburetes se diseñaron de forma integral, buscando un resultado armónico.
El baño de cortesía se planteó como un espacio con personalidad propia. Los lavabos y espejos se fabricaron con una misma piedra, que también se utilizó para los marcos de puertas y ventanas, aportando continuidad visual. La iluminación tenue y los tonos oscuros generan un ambiente envolvente, ideal para un espacio de tránsito.
En el despacho del padre, se trabajó una paleta sobria basada en grises, negros y azul marino. El espacio debía ser funcional y con carácter, sin perder calidez. La diseñadora optó por mobiliario de líneas limpias, carpintería a medida y materiales de alta calidad que respondieran a un uso diario intensivo.
El dormitorio principal reorganiza la circulación mediante una nueva puerta de eje vertical en vidrio y metal. En el baño principal, los tonos cálidos de la madera se combinan con el mármol blanco de la bañera exenta y el lavabo, ofreciendo un espacio de bienestar sereno y luminoso. Los armarios se integran en los paneles, y los acabados reflejan la estética general del proyecto. Por último, los tres dormitorios infantiles se diseñaron en clave neutra, con detalles que responden a los gustos de cada niña pero bajo una misma filosofía: habitaciones duraderas que puedan crecer con ellas. La iluminación y los textiles se eligieron cuidadosamente para aportar calidez sin caer en excesos ornamentales.
