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En pleno centro de Bilbao, una madre y su hija han conseguido que su vivienda de 70 metros cuadrados multiplique sus posibilidades. Lo que antes era un espacio fragmentado, con una cocina cerrada que desperdiciaba la magnífica luz de orientación sur, se ha convertido en un hogar donde cada centímetro cuenta y la claridad fluye por toda la casa. ''Nuestra prioridad fue conseguir la máxima luminosidad en la zona de día, y para ello derribamos los antiguos tabiques que separaban la cocina del resto de la vivienda'', explican desde Moralima Studio, responsables del proyecto. ''La clienta quería una zona de día muy luminosa y conectar el salón con la cocina, incluyendo la mesa de comedor dentro de esta para mayor comodidad, pero delimitando las dos estancias de alguna manera. También necesitaba un segundo baño y dos habitaciones amplias y funcionales con capacidad de almacenaje. Sin embargo, aunque buscaba soluciones prácticas, no quería renunciar a una casa de revista, con elementos atemporales y toques clásicos''.
Para la estética general se optó por una base neutra y serena, con pocos materiales que crean continuidad en toda la vivienda. El suelo laminado uniforme recorre habitaciones, pasillo, salón y cocina, aportando cohesión al conjunto. Los armarios y cabeceros, fabricados a medida por Gaiur, maximizan cada rincón disponible.
Los toques de color y texturas se consiguieron utilizando papeles pintados (una solución estética que realmente gustaba la clienta), ''pero siempre manteniendo un hilo conductor en cuanto a colores y diseño, a excepción de la habitación de la hija, donde se utilizó un papel más atrevido y alegre haciendo referencia a su personalidad, y compensándolo con un cabecero neutro y sencillo''.
En el salón, las molduras sencillas en las paredes se combinan con materiales cálidos como la madera y texturas naturales. Un sofá de la firma Ambientes tapizado en un tono claro convive con una alfombra de Rols y una mesa de centro con el sobre ovalado, mientras que el mueble de televisión, hecho a medida en color blanco, con tiradores negros, aprovecha el espacio de manera óptima. Sobre el sofá, un cuadro de María Aztiria aporta el toque de color que la estancia necesitaba.
Bajo el cerramiento de cristal, un aparador de La Redoute y una mesita auxiliar de Lavila ponen el broche de oro al conjunto del salón.
La cocina, con distribución abierta, queda conectada con el salón a través del cerramiento de cristal con perfilería de madera. Los muebles son de la marca Desuka, lacados en tono Coco, y la encimera es de Dekton. Llama la atención el papel pintado con dibujos de hojas en negro que salpica cada rincón del espacio y lo dota de personalidad.
''Dentro de la cocina conseguimos establecer áreas diferenciadas aprovechando las antiguas chimeneas que partían este espacio en dos. Lo que parecía un problema se convirtió en una oportunidad para tener una zona destinada a cocinar y otra con desayunador y mesa de comedor con un banco a medida'', indican las interioristas.
La zona del office integra una mesa de Kenay Home con sillas de madera y rejilla de Slowdeco, y una bancada hecha a medida con espacio de almacenaje interior y un elegante tapizado con motivos geométricos en un color mostaza que contrasta con el estampado del papel pintado. Los cuadros de Pilsferrer y la lámpara a medida de Pantallas Artesanas completan un espacio que ahora es práctico y acogedor.
El mueble de recibidor se diseñó con el mismo estilo que el mueble de TV para generar continuidad visual, incluyendo los tiradores negros. A través de un pasillo con molduras, llegamos a la zona de noche.
En el dormitorio principal, con baño en suite, las mesitas de Kave Home se acompañan de lámparas personalizadas y cuadros de Marina Infante. El papel de Wallquest crea un ambiente relajante que invita al descanso.
El dormitorio de la hija está protagonizado por un alegre papel pintado con estampado de flora y fauna en tonos naranjas, amarillos y verdes.
En ambos baños, el papel pintado reviste la parte superior de las paredes, con pequeños motivos geométricos en tonos neutros pero cálidos.
El resultado es un hogar de revista, pero lleno de funcionalidad.
Proyecto e información: Cortesía de Moralima Studio.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).