Piso noble de techos altos de 4 metros, ubicado en un edificio histórico de 1922 en Madrid. Buenos acabados, aunque necesita reforma. Puede ser su carta de presentación en cualquier portal inmobiliario. Y aquí la realidad. “Efectivamente, me encontré con una casa impresionante, pero oscura, desgastada y compartimentada en la que sobresalían elementos que había que conservar: radiadores de hierro, suelos de tarima de pino Melis, carpintería y molduras importantes”, explica la arquitecta Asia de Haro, encargada de devolverle su encanto. ¿Cómo restaurarla con el máximo respeto? “Básicamente queríamos conseguir el aquí no ha pasado nada, borrar las huellas de la reforma, como si hubiera sido así siempre”, comenta.
El parquet se recuperó aplicando un barniz de agua mate y las puertas originales de gran tamaño se reutilizaron para los armarios de ropa blanca. Mantuvieron las molduras, creando algunas nuevas como la que diseñó en la cocina para dar protagonismo a la lámpara de El Ocho, propiedad de la clienta. Otras de nuevo cuño ocultan las instalaciones eléctrica y domótica. La distribución se transformó de forma radical, tabiques fuera, con el objetivo de conseguir un salón muy grande para recibir amigos -ahora tiene casi 80 m2- comunicado con el comedor y la cocina, y tres dormitorios con baño incorporado para la pareja y sus hijas. Con una caja blanca en pared y madera clara en el suelo, la elección del color recayó en los cuadros. “Partimos de la colección que tenían, muchos de ellos adquiridos en la subasta a favor de Proyecto Hombre en Sevilla, con grandes artistas consagrados”, explica Asia de Haro.
Ellos dieron el tono que ahora define una casa en la que se alterna una atmósfera limpia, casi meditativa; con otra vibrante y dinámica en forma y color. “Podría decir que tiene un punto excéntrico, casi lunático y otro clásico todo mezclado”, aclara.
La cocina, el aseo de cortesía y una parte del salón son un delirio de colores; el dormitorio y baño principal, un templo de paz, pero siempre con su constante de “crear ambientes despejados, limpios y sin artificios”. Aquí cita a Richard Neutra y Carlo Scarpa entre sus influencias para la búsqueda de la perfección en los detalles arquitectónicos. El mobiliario es tan mix & match como el color. Piezas vintage, objetos familiares ocupan un sitio preferente, en un look ecléctico que incluye atrevidos diseños de Asia de Haro, objetos curiosos y maestros a los que rendir homenaje.
“El espíritu de una casa consiste en reflejar al ser que la habita, que es proporcionar paz y confort a sus ocupantes”.
Belén ImazEn la entrada, sofá tapizado con tela de Manuel Cánovas en Frida Beca Studio, zócalo empapelado con tejido de Gastón y Daniela, y apliques de Murano. La cristalera de la ventana, la forma de las puertas, las molduras…. todo comparte ese sabor clásico.
Belén ImazLa arquitecta e interiorista Asia de Haro posa en un rincón de la casa.
Salón
Belén ImazVista general del salón y su interesante mezcla de estilos. Al fondo, vibrantes colores en el sofá en "L", de Moradillo, con tela, de Osborne & Little; mesas rojas de diseño propio y cuadros adquiridos en una subasta de Proyecto Hombre. En primer término, calma y clasicismo.
Belén ImazDesde otra perspectiva, el salón ahora en tonos tostados y tierra se presenta más calmado. Las dos sillas antiguas españolas, en Juan Carlos Sancho, se han dejado en madera natural, al igual que en el sofá. En el centro, mesa adquirida en El Anticuario de Belén. Las cortinas de Dedar se sujetan en una barra hecha a mano por la orfebrería sevillana Seco, de donde también proceden los apliques de latón.
Belén ImazEn un rincón relax del salón, bañado de luz, una silla antigua.
Belén ImazUna clásica
chaise-longe tapizada en una bucólica tela de Pierre Frey que encuentra su oponente en las mesas lacadas en rojo, diseño de Asia de Haro. Estas piezas tienen un sobre giratorio inspirado en el
florero Savoy, que Alvar Aalto mostró en la Exposición Internacional de París de 1937.
Comedor
Belén ImazLa vista se sorprende con esta lámpara que simula ramas de olivo, obra del escultor Fernando Oriol. Está realizada en acero de forma artesana -más de 350 horas de trabajo- y formada por 5000 hojas de tamaño real. Ilumina una mesa fabricada por la carpintería Casa Singular sobre un diseño de la arquitecta, que exhibe una composición de jarrones, de Anti y Popular.
Espacios estimulantes que contagian vida y emociones son la clave de esta vivienda. Como ejemplo, la cocina.
Belén ImazCasa Singular firma el diseño de la cocina, rematada con piezas de latón y tiradores, de Buster and Punch.
Belén ImazEsta pieza presume de atrevidos contrastes en forma y color. Sobre un suelo de terrazo italiano, de la firma Mila Seed, en Matter Madrid, se acomoda una mesa antigua de caoba propiedad de la clienta que se lacó en alto brillo y sillas italianas de los 70’s, en Rue Vintage 74. En el techo, -embellecido por molduras- lámpara de El Ocho.
Belén ImazImpresionante puesta en escena para este baño auxiliar, revestido de azulejos en damero beige y granate, de Viúva Lamego, que replica color en la cortina de terciopelo, de Gastón y Daniela. Oculta un gabanero y un espacio donde se ha instalado el equipo de aerotermia que calienta/enfría la casa. El lavabo imitando modelos antiguos es de Water Monopoly.
Belén ImazDistribuidor que da acceso a la zona de noche.
Belén ImazDe amarillo limón se ha vestido el zócalo de una de las habitaciones infantiles, que completa su look con el papel pintado a mano Botanical, de Le Gournay, y continúa con el estampado floral de los plaid, de El Greco showroom y el aplique de rafia de la firma londinense Matilda Goad. Entre las dos camas, mesita de noche artesana, de Mimbrek, en Frida Beca Studio.
Belén ImazA modo de dosel, unos armarios a medida enmarcan la cama, sorprendente con su original cabecero. Es el papel pintado Zarand de Braquenie, en Pierre Frey, que recuerda a dibujos marroquíes realizados con henna. La tela de la cortina es de Frida Beca Studio y la lampara de techo, en Terria.
Belén ImazCama con cabecero entelado, de Casamance, y suzani, de Antik. La lámpara es de El Ocho.
Belén ImazUn terrazo italiano, de Mipa Seed, recorre la zona de ducha y el suelo del baño, equipado con mueble a medida, de Casa Singular, y tiradores de mambo, en Matilda Goad. Los apliques son el modelo Beluga, en Años Luz.
Elementos constructivos y piezas de aire retro otorgan una atmósfera de refinado relax.
Belén ImazDos cabinas en las que se oculta de forma independiente la ducha y el inodoro. Sobre ellas reposan vaciados de cabezas romanas adquiridas en la Real Fábrica de San Fernando.
@asiadeharo.arquitectura