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El encargo para la villa de Paphos, diseñada por Tatiana Novikova, consistió en transformar una vivienda ya entregada por el promotor en un hogar personalizado y funcional, adaptado a las necesidades de una familia. La intervención debía responder a criterios estéticos y funcionales, incorporando determinadas soluciones. Ubicada en la ciudad costera de Paphos, esta villa de 400 metros cuadrados es un ejercicio de equilibrio entre el diseño contemporáneo y el respeto por los materiales naturales.
Con una distribución en tres niveles, la vivienda se ha concebido como un refugio de calma donde la luz y la armonía cromática desempeñan un papel fundamental. La planta baja alberga el salón, el comedor y la cocina, además de un despacho que también puede funcionar como habitación de invitados. En el segundo nivel se encuentran el dormitorio principal, una habitación infantil y una segunda habitación de invitados, mientras que la planta superior se reserva para una terraza cubierta con vistas panorámicas al entorno.
El diseño interior se basa en una paleta de colores neutros y equilibrados, donde tonos crema, beige, marrones, verdes y gris generan una atmósfera de serenidad. Sobre esta base cromática, detalles en negro y sutiles acentos de color aportan contraste y personalidad a los distintos espacios. Esta elección de tonalidades permite resaltar la textura de los materiales empleados, que incluyen madera, piedra, latón, vidrio, lino y terciopelo, aportando una experiencia sensorial en la que la estética y la función conviven en armonía.
Cada estancia fue planteada con mucho mimo y personalidad. En el salón, un conjunto de sofás y butacas de Bodema crea una zona de confort, complementada por una mesa de centro de Poliform y una lámpara de Moooi que refuerza la identidad del espacio. La carpintería a medida, realizada por un taller local, se adapta perfectamente a la escala y proporciones del entorno. El comedor mantiene la misma coherencia visual, con una mesa Pianca Inari acompañada de sillas de Praddy, mientras que elementos como una consola de mármol de Laskasas y un aparador de Miniforms aportan sofisticación sin recargar la composición. En la zona de estudio y habitación de invitados, un sofá cama permite la flexibilidad de uso y los juegos de mesa y sillas mantienen el hilo conductor del diseño.
Las habitaciones reflejan la misma atención al detalle. La habitación de invitados en la segunda planta introduce dos camas individuales de Felis Clyde, acompañadas por mesillas de noche de Bonaldo y una alfombra de De Dimora, creando un ambiente acogedor. El dormitorio infantil, diseñado para un niño apasionado por el fútbol, incorpora papel pintado con la imagen de un jugador, además de una cama de Cocomat y mobiliario de Laskasas, Ikea y Miniforms. El dormitorio principal cuenta con una cama de Bodema, una consola y un puf de Laskasas, un aparador de Momenti y una alfombra de Mohebban Berber. La iluminación juega un papel clave en la definición de la atmósfera, con luminarias de Flos y Zara Home que refuerzan la calidez del espacio.
A lo largo de la vivienda, las obras de arte y los textiles cumplen una función determinante en la creación de identidad. Cuadros de la artista Natalya Tuganova aportan un carácter distintivo a varias estancias, mientras que los textiles de Togas y Zara Home suman texturas y capas que acentúan la sensación de hogar. El resultado es una villa que va más allá de la mera estética, convirtiéndose en un espacio habitado con significado.