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Aunque tomemos una decisión con la mayor de las firmezas, la vida puede hacernos cambiar de opinión en el momento menos pensado: ese viaje que tenías planificado al milímetro, pero que tuviste que cancelar porque coincidía con una entrevista para el trabajo de tus sueños; o esa casa que habías adquirido como inversión, pero que, al ver sus posibilidades, optaste por convertir en tu vivienda principal. Esto último fue lo que les ocurrió a los propietarios de esta casa de Madrid.
Cuando María Jaimez recibió el encargo de diseñar la vivienda, la casa ya estaba en proceso de reforma. Sus propietarios, que entonces residían en el extranjero, se habían dado cuenta de su potencial para transformarse en su hogar definitivo. Con la estructura ya definida, la interiorista trabajó en la distribución y la decoración para adaptarla a las necesidades de la familia, creando un ambiente cálido y funcional, dotado de carácter. "Buscábamos un estilo limpio, pero con piezas de diseño. Una casa que respirase calma, hecha para el disfrute y la vida familiar, con una decoración acogedora y cálida que no condicionara el espacio''.
Una distribución más funcional
La vivienda, de 250 metros cuadrados, cuenta con un amplio recibidor que da paso al corazón del hogar: un luminoso salón-comedor concebido como punto de encuentro. La cocina, con zona de office, se diseñó pensando en el día a día y en la importancia de compartir momentos en familia. Asimismo, se construyó un baño en la entrada de la vivienda.
La zona privada de la casa se estructura en torno al dormitorio principal con baño en suite, que dispone de un acceso oculto al salón para favorecer la privacidad y fluidez en la distribución. Se suman dos dormitorios infantiles, diseñados para potenciar la creatividad y el descanso, un cuarto de juegos y un baño para los peques. Además, la casa también incluye una habitación y un baño para el servicio.
Piezas de diseño para sumar estilo
En el salón, los sofás azules, las originales mesas de centro con sobres de cristal, la alfombra y el chaise longue con reposapiés –en un cálido color caldera con ribeteado blanco–, son de Be Water Home. Este último es un diseño exclusivo del estudio Mausha Marsa para la firma.
En la estantería de obra, un cuadro de Pablo Manso de grandes dimensiones capta todas las miradas con sus trazos a todo color.
En el comedor, la gran mesa escultural de mármol y las sillas de madera de líneas orgánicas, también son de Be Water Home. El conjunto queda coronado por la moderna lámpara suspendida de Santa & Cole, concibiendo una atmósfera envolvente y cálida. Y al fondo, un antiguo secreter actúa de soporte para la obra de Munoa, ambos de herencia.
En la cocina, la mesa y las sillas de la zona del office, los taburetes de la barra de desayunos y el papel pintado, son de Be Water Home.
El dormitorio principal refleja la misma filosofía ecléctica, limpia y sosegada que impera en el resto de la casa. El cabecero de Be Water Home –con forma curva, combinando un patrón de cuadros azules con una franja en color caldera–, las mesillas de noche de Zara Home y el papel pintado a rayas de Coordonné, otorgan textura y calidez.
Por su parte, en el baño de la suite, el papel pintado con motivos de rombos azules, agrega un carácter que se relaja con la forma irregular de los dos espejos de inspiración orgánica que dan servicio a los lavabos.
En una de las habitaciones infantiles, las camas con estructura de madera en forma de tipi y el papel pintado de Be Water Home, crean un universo de ensueño, pensado para estimular la imaginación de los más pequeños.
En el baño de los niños, el papel pintado –modelo Garzas– de Be Water Home en tonos turquesas, introduce un guiño vibrante y divertido.
Uno de los mayores retos de este proyecto fue la distancia. Los propietarios, que no pudieron estar presentes durante el proceso, confiaron en la visión de María Jaimez, supervisando cada elección a través de videollamadas y fotografías. Y viendo el resultado de la vivienda, ¡no podrían haber estado en mejores manos!
Proyecto e información: Cortesía de María Jaimez.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).