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La primera vez que el equipo de Böho Studio visitó este caserío del siglo XVI, supieron que estaban ante un proyecto especial. “Nos enamoramos de inmediato de este caserío del siglo XVI y entendimos que esta casa, con su esencia atemporal, sería uno de esos proyectos que nos acompañaría en el tiempo”, relatan. Este hogar, ubicado en un paisaje rural idílico, ha sido transformado en un refugio que combina magistralmente lo rústico y lo contemporáneo.
El caserío se estructura en tres plantas, cada una intervenida con un enfoque de restauración meticuloso que respeta su historia. En la planta baja, el salón comedor con chimenea se convierte en el corazón del hogar, un espacio cálido y acogedor que combina la iluminación tenue con mobiliario hecho a medida. La zona de lectura, cuidadosamente diseñada, incluye piezas contemporáneas que contrastan con los acabados de madera natural. La cocina, por su parte, es un ejemplo de funcionalidad y estética, con armarios adaptados a las dimensiones originales del espacio. Más adelante, la intervención alcanzó las plantas superiores.
En la primera planta, tres dormitorios amplios emergen de una distribución que anteriormente albergaba cuatro habitaciones más pequeñas. Uno de ellos cuenta con un vestidor diseñado a medida, donde destaca un armario, “el único mueble que quisieron mantener, de castaño macizo que tenían en un cuarto a modo de vestidor que les daba mucha pena retirar y como a nosotras nos encanta dar segunda vida a los muebles nos pareció una idea genial lacarlo en un color y entelarlo por el interior. El resto del vestidor se realizó a medida para darle sentido a este armario”. La elección de textiles naturales y acabados en tonos cálidos aporta un equilibrio entre la modernidad y el carácter original del caserío.
La segunda planta es, sin duda, la que más funcionalidad ganó con esta reforma. “ que antes era un espacio utilizado para almacenar muebles y objetos diversos se ha convertido en un lugar multidisciplinar”. Una gran mesa de trabajo preside la zona de estudio, mientras que un cómodo sofá y una televisión crean un rincón de descanso perfecto para los más pequeños. En la zona abuhardillada, se diseñó una habitación de invitados con cama grande y baño, pensada para ofrecer la máxima comodidad.
Uno de los mayores retos de esta reforma fue integrar un sistema de iluminación que mejorara la calidad lumínica sin perder la esencia rústica del espacio. La estructura de madera y las vigas cruzadas limitaron la instalación eléctrica convencional, lo que llevó a Böho Studio a optar por puntos de luz estratégicamente colocados en las paredes. Este enfoque solucionó el problema funcional y aportó una estética coherente con el estilo del caserío.
El mobiliario nuevo, diseñado a medida, se adapta perfectamente a las particularidades arquitectónicas de la casa. Cada pieza fue pensada para realzar el carácter del espacio, desde los armarios empotrados hasta los detalles decorativos que aportan color y textura. La mezcla de líneas contemporáneas con acabados naturales consigue un equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, sin caer en excesos ni perder la armonía.
