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Para la mayoría de las personas, un pasillo es un mero espacio de tránsito entre habitaciones, un lugar aburrido en el que nada interesante puede ocurrir. Sin embargo, cuando Ana Guillén –del estudio Etimoé Interiorismo–, visitó por primera vez este antiguo piso del centro de Murcia, con planta rectangular y las típicas estancias compartimentadas, supo de inmediato lo que tenía que hacer: reinventar el pasillo para convertirlo en el protagonista principal.
Con 120 metros cuadrados, la vivienda urgía una reforma integral para adaptarse a los gustos de sus propietarios, una pareja de profesores de mediana edad, ambos amantes del arte, la literatura y la música. Su personalidad bohemia, cosmopolita y algo atrevida marcó el tono del interiorismo: una mezcla entre la calidez del estilo escandinavo y el eclecticismo propio del estilo kitsch, combinando colores, patrones, materiales y texturas, junto a una cuidada selección de piezas vintage. En definitiva, un hogar con alma, de esos que no dejan indiferente y provocan un ''efecto WOW'' en toda regla.
El pasillo como eje central del proyecto
Para Ana Guillén, el objetivo estaba claro, pasar de un pasillo tradicional y excesivamente alargado que únicamente servía como zona de paso, a un pasillo amplio y con doble función: como tránsito entre las distintas estancias y como despacho. Esto último supuso un verdadero desafío para la interiorista, pero dado su expertise, enseguida dio con la solución: diseñar una estructura en forma de cubo verde –color que potencia su geometría–, y colocar una puerta corredera con cuarterones y cristales translúcidos. De este modo, el despacho puede cerrarse y pasar desapercibido cuando no se está utilizando. Ingenioso, ¿verdad?
Pero el despacho no es el único secreto que alberga el pasillo. Los clientes, ávidos lectores, soñaban con tener una gran librería con presencia, ya que en su anterior vivienda, la falta de espacio los había obligado a guardar los libros en cajas. Para cumplir sus deseos, Etimoé Interiorismo colocó la librería en una de las paredes del renovado pasillo, dándole a su colección (ahora sí) el lugar que merece.
A mano izquierda, el área social se distribuye en un amplio espacio abierto. ¿El truco? Cerrar la antigua terraza para ganar metros cuadrados. Aquí se encuentra otro de los rincones más ansiados por la pareja: la barra de bar en la isla de cocina. Y es que uno de sus planes favoritos cuando llega el fin de semana es preparar deliciosos cócteles en compañía de sus amigos. En esta zona, Ana Guillén no escatimó en detalles: la barra de apoyo para los pies, el neón en forma de copa, la vinoteca, la iluminación LED perimetral para crear ambiente... Y esos fabulosos taburetes amarillos que añaden una nota de alegría.
Otro detalle que marca la diferencia es que tanto la cocina como el salón y el comedor, gozan de una luz natural envidiable y vistas verdes gracias a los ventanales de suelo a techo con puerta corredera.
En el salón, destaca el rincón de lectura con butaca y reposapiés a juego.
En la zona de noche aguardan dos dormitorios y dos baños completos, uno de ellos en suite. Para darle más privacidad, Ana Guillén optó por situar esta área dentro del mismo cubo verde del pasillo.
La primera habitación es el dormitorio de los propietarios, con el baño integrado. Para dividir sutilmente los ambientes, la interiorista instaló el lavabo en medio del espacio, con un precioso mueble de madera que añade calidez, y detrás, la ducha. Sí, ¡parece la habitación de un hotel!
En cuanto a la habitación de invitados, es sencilla pero muy acogedora, con un cabecero tapizado en un verde suave y una mesita de noche de metal negro con sobre de cristal que aporta ligereza y contraste.
Por último, el baño de invitados, a pesar de ser el más pequeño, tiene una elegancia que acapara todas las miradas. Para su diseño, Ana Guillén se inspiró en el estilo vintage, con un mueble negro con el frente de rejilla, un espejo con marco de aires barrocos, grifería dorada empotrada, lavamanos de cristal estriado y, en la pared, un papel pintado con motivos florales del que es imposible olvidarse. A su lado integró la cabina de ducha, con un revestimiento de azulejos mostaza.
En conclusión, este piso es un auténtico espectáculo visual de principio a fin, aunque quienes más lo disfrutan son sus propietarios, ya sea leyendo uno de los libros de su nueva biblioteca, o innovando recetas de coctelería con una playlist de jazz como fondo sonoro.
Proyecto e información: Cortesía de Etimoé Interiorismo.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).