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El negro emerge como el protagonista absoluto de una renovación que reescribe las reglas del diseño de interiores al menos en lo que a convencionalismos de colores se refiere. En el histórico barrio de Hollywood, en Homewood, Alabama, una casa de los años 80 ha sido transformada por el estudio River Brook en una declaración de intenciones. Kevin y Leigh Misso, las mentes creativas detrás del proyecto, han diseñado un espacio donde este tono monocromático se convierte en el hilo conductor de una narrativa visual que desafía lo protocolario.
El recorrido por esta casa comienza en su corazón, la cocina. "En un mundo en el que las cocinas blancas se han convertido en la norma, es fundamental destacarse entre la multitud adoptando un nuevo enfoque del color e incorporando materiales poco convencionales", explica Leigh Misso. Los gabinetes pintados en Off Black de Farrow & Ball establecen el tono atrevido del espacio, mientras que una isla monolítica de mármol Danby se impone como la pieza central. "Creamos una composición encantadora que combina a la perfección su belleza cruda con nuestra visión artística", comenta Leigh. La funcionalidad no queda relegada. Una puerta disimulada, integrada perfectamente en los gabinetes, conduce al lavadero. "Nuestra intención era diseñar la cocina para que tuviera un ambiente muy monolítico con todo oculto”. El diseño se vuelve más lúdico en este espacio, donde un suelo de tablero de ajedrez y un patrón audaz en las paredes aportan un carácter animado. Las cortinas personalizadas refuerzan este enfoque, equilibrando lo funcional con lo decorativo.
El negro se extiende a la sala de estar, donde las paredes (dramáticas) se complementan con muebles minimalistas y detalles texturizados. La alfombra de piel de vaca, el arte de Carrie Pittman y un sofá de mohair color camello de CB2 crean un ambiente sofisticado que equilibra lo clásico y lo contemporáneo. Este espacio destaca por su habilidad para combinar elementos vanguardistas y tradicionales. En el comedor, la mesa de fresno negro de CB2 y un espejo antiguo personalizado por Birmingham Glass reflejan el carácter audaz de la renovación. Las cortinas de terciopelo añaden un toque teatral, mientras que los candelabros de Visual Comfort aportan un lujo discreto que enriquece la experiencia.
El salón, por su parte, se convierte en un homenaje a la grandeza arquitectónica. Con techos de casi 7 metros adornados con vigas antiguas, el espacio se apoya en una repisa de piedra caliza diseñada a medida. La paleta monocromática se suaviza con tonos claros de Cloud Cover de Benjamin Moore, mientras que las lámparas de buffet sobre la repisa reemplazan a los apliques tradicionales, desafiando las expectativas y creando una solución de iluminación inesperada. De entre todas las piezas que encontramos en la casa, algunas son muy especiales para la propietaria, tal y como cuentan desde el estudio: “la esposa enseña y trabaja con adultos con necesidades especiales, muchos de los cuales no hablan, y crean arte como una forma de expresión. Dos de estas piezas descansan sobre la repisa de la chimenea y sobre la bañera del dormitorio principal. Son piezas muy queridas para ella y River Brook trabajó para incorporarlas al diseño”.
En el dormitorio principal, las cortinas de terciopelo filtran la luz con suavidad, complementando una cama con dosel vestida con ropa de cama de lujo. Un espejo antiguo tallado a mano se hace con las miradas, aportando un aire de atemporalidad que eleva la atmósfera melancólica y acogedora de la habitación. El baño de visitas culmina el recorrido con un concepto de sofisticación íntimo. Las paredes oscuras generan una sensación de profundidad, mientras que un espejo francés antiguo y un lavabo flotante de mármol redefinen el espacio. Cada detalle de esta renovación cuenta una historia, como concluye Leigh Misso: "Al introducir materiales poco convencionales, nos liberamos del molde convencional, inspirando una sensación de asombro y admiración".