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Hay proyectos que, más que historia, narran una conexión entre las personas y los espacios. Esta casa en Barakaldo, de 94 metros cuadrados, representa un reto arquitectónico y también una oportunidad para Boho Studio de devolver algo a una familia que los ha visto nacer y crecer como estudio. Y es que la reforma integral pedía transformar la vivienda en un espacio para compartir, donde las zonas comunes invitaran a la familia a reunirse, conversar y disfrutar. Sin embargo, el proceso no fue lineal. Los propietarios, aunque fascinados por la idea de un espacio abierto, no estaban completamente convencidos de abrir la cocina al salón, temiendo problemas con los olores. Así, las primeras propuestas incluyeron cerramientos acristalados que, aunque elegantes, restaban amplitud y fluidez a las zonas de paso.
Fue la innovación tecnológica la que cambió el rumbo del diseño de la casa. La instalación de una campana extractora integrada en la vitrocerámica disipó las dudas, permitiendo la integración de la cocina, el comedor y el salón en un espacio único, sin barreras físicas ni limitaciones funcionales. La decisión supuso un acierto estético pero sobre todo, una solución práctica que definió el carácter de la vivienda. Así, el resultado es una casa que respira calma y naturalidad.
Las líneas puras y limpias del diseño se complementan con una paleta cromática basada en tonos neutros y cálidos, donde los verdes, terracotas y maderas naturales aportan una sensación de armonía. Cada elección material refuerza esta estética, como demuestra el suelo de tarima en espiga, que recorre toda la casa excepto en los baños, o las texturas suaves y envolventes de paredes y mobiliario.
La distribución de la casa aprovecha al máximo los metros cuadrados, creando una separación sutil entre las zonas públicas y privadas. El salón-comedor-cocina es el corazón del hogar, un espacio donde la luz natural fluye sin interrupciones. Los dormitorios, diseñados con la misma filosofía de confort y funcionalidad, se adaptan a las necesidades de cada miembro de la familia, mientras que los baños reflejan un equilibrio perfecto entre modernidad y calidez, con revestimientos que juegan con texturas y colores. El papel pintado en uno de los dormitorios, por ejemplo, introduce un toque de frescura y singularidad, mientras que los accesorios en tonos terracota y verde refuerzan la conexión con la naturaleza.
La relación entre el estudio y la familia ha sido crucial para alcanzar este resultado. Su confianza mutua permitió explorar soluciones creativas y llegar a decisiones que, en otros contextos, podrían haber sido difíciles de implementar. “Este es un proyecto muy especial para una familia que nos vio nacer y crecer”. Y eso se percibe en todos los rincones de esta preciosa casa.