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Transformar un antiguo local comercial en una vivienda acogedora y funcional puede parecer un reto, pero este proyecto demuestra que, con una buena dosis de creatividad y atención al detalle, es posible lograr resultados espectaculares, ¡incluso en una planta baja! Situada en un barrio residencial cercano al centro histórico de Málaga, la casa es el primer hogar de una joven pareja, quienes buscaban un espacio abierto que integrase cocina, comedor y salón con salida al patio interior, y una decoración actual, pero con toques clásicos. La interiorista Patricia González de Lara, supo captar a la perfección sus deseos y necesidades.
El punto de partida fue potenciar al máximo el espacio disponible, orientando la casa hacia un pequeño patio interior que, además de ser un remanso de paz, proporciona luz natural y privacidad a todas las estancias. Inspirado en los típicos patios andaluces, cuenta con una fuente perfecta para refrescarse del calor malagueño, vegetación exuberante y detalles artesanales que añaden un encanto especial.
Para la pareja, la prioridad estaba clara: unificar cocina, comedor y salón en un solo espacio amplio y fluido. ¿La solución? Derribar paredes. De este modo, la cocina se situó frente al recibidor, con una isla central que también sirve como barra de desayunos. Un detalle de esta isla es la iluminación LED que destaca el revestimiento de palillería de madera –tan en boga últimamente– y añade contraste con la encimera de mármol.
Al tratarse de una planta baja con poca luz natural, Patricia decidió conservar los techos altos originales del local. Este recurso, junto a la elección del color blanco en las paredes y a la apertura de los espacios, hacen que la casa parezca mucho más luminosa. En cuanto al diseño, la interiorista optó por un suelo de caliza que aporta continuidad y frescura a todo el apartamento, mientras que las molduras de las paredes y las puertas hechas a medida introducen un toque de elegancia clásica.
Anexo a la cocina se dispone el comedor, con una mesa blanca modelo Tulip y unas sillas con un patrón en zigzag muy fresco y dinámico. Detrás, descansa un precioso aparador de madera clásico, adquirido en las Galerías Piquer de Madrid, al igual que los apliques de pared.
El salón dispone de una ecléctica combinación de mobiliario que armoniza a través de la gama cromática, como un sofá beige de líneas clásicas, unas butacas de ratán y una mesa de centro de madera de diseño sencillo. Enfrente, la televisión queda empotrada en la pared, sobre una chimenea de bioetanol. A su lado, una estantería de obra.
Desde aquí, se accede al patio, aunque también se puede llegar a través de uno de los dormitorios. Mención aparte se merece la iluminación LED que bordea el perímetro, creando un ambiente más íntimo y acogedor cuando llega la noche.
El área de noche alberga dos dormitorios de aires clásicos refinados con baño en suite, cabeceros tapizados, papeles pintados con efecto tejido y molduras decorativas. Detalles como los apliques de pared o los ricos estampados de los cojines, conciben dos estancias impecables.
En los baños, la sencillez y la naturalidad se dan la mano, con muebles de madera volados, espejos redondos y duchas con perfilería metálica.
El resultado es una vivienda que refleja los sueños de sus jóvenes propietarios: un espacio bañado de luz, donde lo clásico y lo contemporáneo conviven, y donde cada rincón invita a quedarse.
Proyecto e información: Cortesía de Patricia González de Lara.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).