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Es probable que falte alguno, es cierto. Pero que este apartamento reconstruido en los años 50 de un edificio de principios del siglo XX en Milán tiene muchos colores en sus 57 metros, también es verdad. Y todo gracias al estudio de arquitectura Lascia la Scia, que ha llevado a cabo una transformación que fusiona historia, diseño contemporáneo y confort moderno.
El proyecto comenzó con un enfoque conservador, respetando la distribución original del espacio y ajustándola con sutileza para mejorar su funcionalidad. “La intervención se centró en preservar el alma histórica del lugar, realizando modificaciones precisas que ofrecieran mayor comodidad sin distorsionar su esencia”, explican desde el estudio. Así, el baño conservó su posición, pero se redistribuyó para incorporar una ducha más amplia, mientras que la cocina se amplió y conectó con un pasillo con ventanas, logrando una sensación de apertura y luminosidad.
Uno de los hallazgos más notables durante la obra fue el suelo original de cemento en el salón, un vestigio invaluable de la historia del edificio. Aunque estaba dañado en varias áreas, se decidió levantarlo y reposicionarlo, completando las partes que faltaban con piezas idénticas obtenidas tras una extensa búsqueda. Este gesto ayudó a preservar la autenticidad del espacio y dotó al salón de una belleza inconfundible.
Pero sin duda, si hay un eje conductor en esta restauración fue el color. Cada habitación se concibió como un universo propio, donde tonalidades intensas otorgan carácter y personalidad. En el hall de entrada, los detalles decorativos y los materiales preciosos crean un ambiente que prepara a los visitantes para la riqueza visual del resto del apartamento. En la cocina, una banca de terciopelo mostaza rodea una mesa de mármol negro, configurando un rincón acogedor y lleno de estilo.
El baño, concebido como una caja de resina de latón, sorprende con sus acabados en negro y latón. La ducha arqueada se integra con armonía en este juego de formas y materiales, aportando un toque de elegancia atemporal. Por otro lado, el dormitorio principal se sumerge en un azul profundo que se combina con el refinamiento del papel pintado “Toile de Jouy” de Lewis & Wood, utilizado para revestir el armario y transformar el espacio en un refugio íntimo y sofisticado.
Las decisiones de diseño realzan la estética y reflejan la personalidad de quienes habitarán el espacio. La selección de muebles hechos a medida y piezas recuperadas demuestra una visión ecléctica y cuidadosa, capaz de equilibrar lo antiguo con lo nuevo. “Cada casa debe ser un reflejo de las personas que la viven”, señalan desde Lascia la Scia, y este apartamento no es la excepción.



























