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Un reto arquitectónico convertido en oportunidad. Así describe Anabel Soria, arquitecta e interiorista, el proceso de transformación de este apartamento vacacional en la Avenida Europa de Benidorm. En tan solo 50 metros cuadrados Soria ha logrado maximizar la funcionalidad y la luz mediterránea, fusionando interiores y exteriores en un diseño contemporáneo que respira calidez, versatilidad y una profunda conexión con su entorno. El principal desafío del proyecto fue integrar la terraza al espacio interior sin perder la esencia de ambos mundos. Un cerramiento de ventanales de óptimo aislamiento marca la transición, mientras que unas majestuosas puertas en abanico, diseñadas a medida en madera y cristal opaco, redefinen la versatilidad. Con un ingenioso diseño plegable, estas puertas transforman el nuevo dormitorio en un espacio dual: una zona chill out conectada al comedor o un refugio íntimo según las necesidades del momento.
La distribución paralela de la vivienda organiza, de un lado, los dormitorios y el baño, y del otro, el salón-comedor y la cocina-recibidor. Esta última, concebida como el corazón del hogar, elimina barreras visuales para crear un espacio abierto y funcional. Una península multifuncional amplía la capacidad de almacenamiento y sirve como transición hacia el recibidor, con muebles laminados en madera de vetas pronunciadas y una encimera beige en Dekton Nacre que armoniza con el suelo porcelánico de gran formato en acabado microcemento. La conexión visual entre los espacios se refuerza a través del diseño, donde los taburetes de la cocina dialogan con las sillas del comedor. Este último, antes parte de la terraza, se articula en torno a una mesa redonda bajo una lámpara decorativa de Flos, creando un foco cálido que contrasta con la entrada masiva de luz natural a través de los ventanales.
El dormitorio principal, ubicado junto a los ventanales, destaca por su diseño a medida. Una cama tatami con cajones integrados y un cabecero retroiluminado optimizan el espacio, mientras que textiles neutros con acentos rojos añaden calidez. Las cortinas de Gastón y Daniela, confeccionadas a medida, garantizan privacidad y control lumínico, prescindiendo de persianas. El segundo dormitorio, conectado por puertas correderas de madera y cristal, ofrece una atmósfera ligera y acogedora con tonos claros y detalles terracota. Este espacio, concebido con una estética tipo “pecera”, prioriza el minimalismo sin renunciar al almacenamiento, integrando armarios empotrados que aprovechan cada rincón.
Por su parte, el baño, accesible desde la zona común, mantiene la coherencia estética del apartamento con paredes de microcemento, un lavabo Tikamoon y detalles en madera que contrastan con un papel decorativo de inspiración mediterránea. La ducha, amplia y equipada con un rociador de techo, se acompaña de una hornacina práctica que maximiza el espacio.
