La última obra de Emmme Studio es la vivienda de Marina y Pedro, una joven pareja con dos hijos, quienes ansiaban un hogar lleno de color, creatividad y funcionalidad que reflejara su estilo de vida dinámico y moderno. Con 250 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, este dúplex en la zona del Paseo de La Habana ya contaba con un proyecto arquitectónico sólido, pero las interioristas supieron reinterpretar cada rincón con un diseño integral que va mucho más allá de lo convencional.
Los propietarios necesitaban un equipo de interiorismo que no solo entendiera su visión, sino que también estuviera dispuesto a acompañarlos a lo largo de todo el proceso, desde redefinir detalles clave de la distribución hasta la supervisión de obra y montaje. Fue así como Emmme Studio se convirtió en el aliado perfecto, abordando cada fase del proyecto y ajustando hasta el más mínimo detalle para hacer de esta casa un lugar práctico y estiloso, en el que cada miembro de la familia pudiera disfrutar de sus propias zonas personalizadas.
La planta baja es el alma social de la casa. Aquí se diseñó un espacio diáfano y abierto que integra el salón, el comedor y la cocina. Las áreas comunes fluyen con naturalidad, favoreciendo la convivencia y creando un ambiente acogedor. Uno de los grandes protagonistas es la cristalera plegable en azul Klein que separa la cocina de la zona de estar, una elección arriesgada que marca la personalidad del espacio y responde a la visión colorida y moderna de Marina, quien, como diseñadora de moda, tiene una especial sensibilidad por los detalles cromáticos.
En el salón, el equipo diseñó un mueble a medida para la televisión que parece flotar entre dos pilares de hormigón visto, dando un toque industrial y contemporáneo. La zona de comedor, de doble altura, aporta una amplitud visual impresionante, perfecta para las comidas en familia o las reuniones de amigos.
El equipo ha puesto especial énfasis en los suelos, creando una narrativa visual que une todos los espacios de forma natural y cautivadora. La planta principal está revestida con un suelo de madera en espiga que añade calidez y sofisticación, mientras que las zonas con solado cerámico presentan mosaicos personalizados que simulan alfombras y tapices.
Estos detalles convierten cada habitación en un espacio único y dinámico, logrando que el color y la textura sean protagonistas silenciosos que refuerzan la identidad del dúplex.
Como espacio de trabajo, Marina cuenta con un despacho en la misma planta, donde el color vuelve a hacerse protagonista gracias a un armario amarillo que aporta frescura y energía, recordando que los espacios de trabajo pueden ser igual de inspiradores que el resto de la casa.
En la planta superior se encuentran las habitaciones privadas, diseñadas con la misma atención al detalle. Las habitaciones de los niños se caracterizan por tonos alegres, como el aguamarina y el coral, que dan vida a los armarios y al mobiliario adaptado a los techos abuhardillados.
Emmme Studio ha sabido capturar el espíritu infantil y de juego en cada detalle, como en el baño de los niños, donde los mosaicos del suelo y los accesorios en amarillo crean un ambiente divertido y original.
La bañera de obra, con un patrón en mosaico que se extiende por todo el suelo, añade un toque lúdico y vibrante, y los falsos lucernarios logran un efecto de luz natural en este espacio sin ventanas.
El dormitorio principal se adapta a la geometría particular de la habitación. Para integrar un amplio vestidor y un baño privado, se eligieron materiales nobles como la madera de nogal en combinación con detalles en azul y blanco, creando una atmósfera cálida y elegante.
El baño en suite cuenta con una gran ducha a ras de suelo, generando continuidad visual. Además, el mueble del lavabo se aleja de los diseños tradicionales, destacando por su originalidad. En las paredes, los azulejos juegan con los tonos del suelo, logrando una coherencia visual que refleja el carácter único de la estancia.
En resumen, este dúplex no solo satisface las necesidades prácticas de una familia moderna, sino que también refleja su estilo vibrante y original. Cada estancia ha sido diseñada para contar una historia, desde la cristalera azul Klein hasta los mosaicos personalizados, creando un ambiente que inspira y acoge a sus habitantes día tras día.
Proyecto e información: Cortesía de Emmme Studio.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).
