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El proyecto Sahy House, ubicado en Barra do Sahy, São Paulo, es un homenaje al diseño sostenible y la integración con la naturaleza. El estudio H2C Arquitetura ha transformado lo que fue una modesta casa de pescadores en un refugio vacacional moderno, pero profundamente enraizado en su entorno natural. Con un enfoque que prioriza la preservación del ecosistema local, este proyecto es el resultado de un minucioso trabajo de conservación y diseño.
Y es que la casa original, que fue adquirida por un cliente francés que vive en Brasil para hacerla su rincón de vacaciones, era una estructura sencilla que se mantuvo en pie gracias a los robustos cimientos y algunas paredes que, hasta el día de hoy, forman la base del proyecto. Dos de los dormitorios antiguos, junto con un baño, han sido conservados para honrar la historia de la vivienda, de 200 metros cuadrados. Sin embargo, lo que verdaderamente define a Sahy House es la transformación estructural que H2C Arquitetura implementó para integrar la nueva construcción con el terreno escarpado y la vegetación exuberante del bosque atlántico.
Uno de los mayores retos del proyecto fue la dificultad del acceso al terreno, ubicado en una pendiente pronunciada en medio de la selva. La preservación de la vegetación existente, así como la minimización del impacto ambiental durante la construcción, fueron prioridades absolutas. Para abordar estos desafíos, se utilizaron buggies para transportar los materiales sin dañar el entorno. Además, la implementación de pilares de madera fue una solución innovadora que permitió elevar la estructura y mantener el terreno lo más intacto posible. Además, se utilizaron materiales naturales como hormigón, vidrio y madera certificada de Brasil. Esta madera no solo forma parte de la estructura de la terraza, sino que también fue adquirida en subastas por el propio propietario, quien, además de ser un artista, participó activamente en la construcción de varios elementos del mobiliario, incluyendo los muebles de la cocina.
La sala de estar en la casa principal es un espacio fluido que invita a la socialización y a la contemplación del entorno. Los grandes ventanales brindan luz natural, ventilación generosa y ayudan a crear una continuidad entre el interior y la terraza. Este diseño abierto es una clara respuesta al deseo del propietario de disfrutar de la naturaleza sin barreras, haciendo que la casa respire con el paisaje circundante y jugando con la cocina y la zona de estar, de una clara influencia rústica. De hecho, uno de los elementos más impresionantes del proyecto es la terraza de madera que rodea la casa principal. Diseñada para que se integre de manera armónica con el entorno, la terraza flota sobre el terreno gracias a pilares de madera que respetan la topografía irregular y la vegetación autóctona. La elección de la madera garantiza la estabilidad de la estructura y permite que la casa "desaparezca" dentro del paisaje. La casa se pintó de blanco para verla entre los árboles, pero los tejados son verdes para que se pierda en el bosque.
Desde la terraza, los residentes pueden disfrutar de vistas espectaculares al mar, mientras se sumergen en la quietud del bosque. Los materiales naturales y los amplios ventanales que conectan la sala de estar con el exterior permiten que la naturaleza fluya libremente hacia el interior, difuminando los límites entre lo construido y lo natural. El diseño paisajístico respetó al máximo la flora endémica del lugar. Se preservaron especies de árboles frutales como el cacao, la carambola y la jabuticaba, que enriquecen el ecosistema local y atraen a una diversidad de aves, creando un entorno lleno de vida.
La casa también es un excelente ejemplo de fragmentación, particularmente visible en la "tiny house" o casa de invitados. Este anexo fue diseñado como una unidad mínima de vida, con una pequeña cocina, un dormitorio, un baño y un depósito. Al mantener una escala más reducida, la minicasa ofrece una experiencia íntima y acogedora, ideal para huéspedes que buscan un espacio privado dentro del refugio.
El propietario, además de ser un apasionado del diseño sostenible, es un artista comprometido con su espacio. Las obras de arte que adornan la casa, todas pintadas por él, añaden un toque personal y único a cada habitación. Su implicación en el proyecto no se limitó al arte, sino que también construyó varios de los muebles, dándole a la casa un carácter auténtico y artesanal que complementa perfectamente la atmósfera natural del lugar.