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Conectar la vida familiar con el entorno natural era lo que buscaban los propietarios de este dúplex de 350 metros cuadrados en el corazón del barrio de Alto Pinheiros, en São Paulo. Contactaron con el estudio H2C Arquitetura y así nació Flat Miralta, un apartamento jardín que, a través de su diseño, se convierte en un refugio para sus ocupantes, una oda a la luz, la naturaleza y la serenidad en medio del ritmo vertiginoso de la ciudad carioca.
El alma del proyecto reside en la planta baja, donde la zona de estar y la cocina se funden en un espacio fluido y abierto. Los paneles de vidrio autoportantes, descritos por el estudio como “auténticas linternas arquitectónicas”, permiten que la luz natural inunde el espacio, creando un juego constante de sombras y reflejos que varía a lo largo del día. Este efecto lumínico transforma cada momento cotidiano en una experiencia armoniosa, realzando el carácter acogedor y luminoso de la vivienda.
Una de las intervenciones más destacadas en la reforma es la escalera. Originalmente, este elemento estaba encerrado por paredes que fragmentaban el espacio, pero en su nuevo diseño, gracias al uso del material UGlass, se convierte en un punto de encuentro entre los diferentes niveles de la casa que facilita la circulación y permite que la luz natural fluya libremente entre los pisos, creando una transición suave y luminosa. Los espacios de trabajo se han concebido como refugios que se abren al jardín, conectando visual y físicamente a los ocupantes con la vegetación circundante. El paisaje, diseñado por Bruno Moreno Studio, evoca la estética de un patio tradicional brasileño, con macizos de flores cuidadosamente dispuestos que invitan al juego y a la relajación.
La madera es el material por excelencia del proyecto, pues se encuentra en todos y cada uno de los ambientes de la casa, envolviendo las estancias. El proyecto respira un poco ese aire tan característico del midcentury brasileño, de maderas y tonos claros. También las alfombras forman parte del imaginario interiorista carioca, y en este caso, ayuda a delimitar la zona dedicada al salón, y aparece para envolver las zonas de trabajo.
Pero la integración de la naturaleza en el diseño no se limita al jardín. Cada rincón de la casa ha sido concebido para maximizar la relación entre el interior y el exterior. Las grandes ventanas y los materiales empleados refuerzan esta conexión, permitiendo que el paisaje forme parte de la vida cotidiana dentro del apartamento. Dentro, la iluminación, a cargo de Renata Fongaro, juega un papel crucial en la creación de atmósferas. La luz artificial se ha trabajado con esmero para complementar la natural, garantizando que, incluso al caer la noche, los espacios mantengan su carácter cálido y acogedor.






























