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"El diseño de interiores va más allá de poner un conjunto de cosas bonitas. Es crear atmósferas, experiencias, y adecuación al entorno que transmitan sensaciones específicas al usuario", asegura el interiorista Noé Prades sobre este proyecto. Casa Tolrrà -es su nombre-.
Es una casa de pueblo de finales de 1800 en estado de semiabandono, llena de humedades, oscura y que servía de almacén de trastos que nadie quería. Una tercera generación quiso hacerse cargo de ella y pidió a Prades que ejecutara las reformas necesarias para ser habitable en el siglo XXI. "Buscaban recuperar la esencia, el tipo de construcción antigua de piedra, vigas de madera, un poco rural, pero con una nota actual. Una tarea que implicaba, a nivel estructural, abrir huecos luz y reorganizar espacios de acomodo en un marco fundamentalmente estrecho y longitudinal". Las soluciones del interiorista funcionan aquí a la perfección y, en general, en espacios del mismo corte dispositivo.
UN SALÓN CON PAREDES DE PIEDRA
"Era importante eliminar cualquier elemento que ocupara los parámetros verticales e hiciera aún más estrecha la casa. Por eso, no hay radiadores". La calefacción es de suelo radiante, con el mismo pavimento continuo de microcemento que crea juegos envolventes en todas las estancias y sensación de continuidad. El tiro de la escalera se giró hacia el ángulo derecho, para dejar libre el espacio encima del sofá, una pared de piedra antigua, original de la edificación.
UNA COCINA HECHA A MEDIDA
Antes, la cocina era un lugar oscuro -carecía de ventanas- y aislado del resto de la casa. Ahora, está unida al salón para crear una sensación de mayor espacio. "Tuvimos que derribar un muro maestro y realizar un apeo con una viga de carga para poder enlazarlos", comenta el interiorista. La falta de luz se resolvió abriendo un gran lucernario en el techo que ilumina la zona de comedor -el auténtico centro del hogar-.
Todos muebles están diseñados al milímetro por un carpintero local para aprovechar el espacio y dar cabida a todo -hay incluso una vinoteca-. Es de madera de roble macizo natural como el resto del mobiliario, buscando esa sensación de continuidad espacial. Destaca la pila artesanal en una piedra muy especial -ulldecona- con restos de micro fósiles.
EL DORMITORIO TIENE SU PROPIO VESTIDOR
"Como hay longitud, pero no anchura, hicimos a medida un cabecero/zócalo -al igual que las mesillas- para exhibir varias obras de Joao Incerti", explica. Las lámparas encastradas en el cabezal -otro ahorro de espacio- son de Pamono.
Noé Prades vio el potencial de esta pared retranqueada para instalar en ella la zona de vestidor y que no reste metros.
Una mini pila de piedra de anticuario reconvertida en lavabo es la pieza central del aseo de cortesía, que se acompaña de otras igual de minimal -no hay espacio-, como el espejo de The Cool Republic y el mueble a medida diseño del estudio.