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Cuando la colección de los Rockefeller, los reyes del petróleo, salió a subasta en Christie's en 2018, rápidamente batió récords como la colección personal más vendida de la historia y se recaudaron más de 780 millones de euros.
Así pudimos ver de forma somera cómo vivían David y Peggy Rockefeller y las posesiones de una de las familias más ricas de todos los tiempos y con un gran calado histórico en Estados Unidos. Descubrimos cómo vivía la saga del empresario e inversor millonario, desde la casa adosada los Rockefeller, en el Upper East Side de Nueva York, hasta la distinguida finca, en Seal Harbor, en el estado de Maine.
Todas las propiedades urbanas y de campo de los Rockefeller tienen una característica más distintiva, porque les rodea un estilo sobrio, con cierta estética rústica, piezas de arte y objetos de colección, algunos de ellos se encuentran en la casa de Manhattan de Ariana Rockefeller.
La nieta de la saga millonaria cambió el interiorismo de este piso en Nueva York con la ayuda de la diseñadora CeCe Barfield Thompson. El resultado es una vivienda lujosa y confortable en el Upper East Side. Aunque Ariana Rockefeller vive ahora en Holanda, la joven modelo y amazona eligió una decoración muy clásica, con pinceladas que recordaran al Palacio de Versalles, donde pasó unos días en 2019.
En este guiño por lo francés y el estilo Luis XVI, la interiorista eligió para cubrir las paredes del dormitorio un estampado Madame Elisabeth, de la firma Pierre Frey, que, lleva el nombre de la hermana de Luis XVI y evoca el chiné à la branche, una técnica de teñido que estuvo de moda a finales del siglo XVIII. Todos los textiles, incluidas las cortinas y el dosel de la cama, incorporan este patrón.
"El contraste hace que la elección de la paleta resulte interesante", dice Thompson.
Para que no pareciera demasiado del siglo XVIII, diseñó un juego de mesillas de noche, de Jean-Michel Frank. La composición de la habitación se completa con un tocador y un espejo que perteneció a David Rockefeller.
"Paso mucho tiempo en este espacio, sobre todo antes de prepararme para salir a eventos. Soy un poco tímida, así que tener un espacio personal y acogedor es importante para mí", dice Ariana Rockefeller.
La rica heredera adora el color rosas, que está presente en esta lujosa casa, aunque hay excepciones. Por ejemplo, en el salón eligió un par de sillas tapizadas en damasco francés en verde, un tono que aparece también en los cojines del sofá. El verde vuelve a aparecer en las almohadas del sofá y sobre el banco estilo Luis XVI. "Usamos muchas texturas para evitar que pareciera demasiado dulce o demasiado tradicional", dice la interiorista.
Mientras tanto, el salón se diseñó para pasar el tiempo de ocio, por eso se dispusieron alrededor de la chimenea todos los asientos y facilitar las reuniones, porque "a Ariana le encanta tomar cócteles antes de los eventos que organiza. Es una persona filantrópica, y también es una amiga solidaria, que organiza exposiciones de baúles para amigos de todas partes, así que esas fueron sin duda cosas importantes a tener en cuenta en la planificación del espacio", dice Thompson.
Para Ariana Rockefeller, el apartamento refleja su personalidad juguetona y femenina. Por ejemplo, aunque tiene muchas reliquias familiares expuestas en la vivienda, se aprecian un par de pequeños tigres de porcelana que heredó de sus abuelos: "Son tan bonitos y tan pequeños que me recuerdan mucho a mi abuelo", confirma la filántropa.
La figura de David Rockefeller, en una fotografía en blanco y negro que firma Chuck Close, vigila sus andanzas en la biblioteca, que hace las veces de habitación de invitados. La interiorista eligió una pintura de pared para el dormitorio en color berenjena brillante para reflejar la luz; curiosamente a Ariana este tono "me recuerda al despacho de la biblioteca de mi abuelo en su casa de Nueva York".
Otros tesoros personales que adornan la biblioteca de Ariana Rockefeller son su colección de libros, medallas de competiciones hípicas, porcelana de la colección de sus abuelos y una almohada en el sofá cama que fue bordada por su hermana Camilla. Un discreto adorno en el comedor rinde homenaje a Stuart, el apreciado caballo deportivo irlandés de Rockefeller.
Si observas detenidamente el papel pintado de chinescos, de la firmaGournay St. Laurent, verás un retrato mural del caballo Stuart sutilmente incorporado a las grandes flores de la exuberante escena del jardín.
Ariana Rockefeller atribuye a la interiorista el mérito de haber logrado un equilibrio calibrado entre las tradiciones del pasado de su familia y su personalidad, incluso le agradece un detalle que no conocía de sí misma: "Aprendí que me encanta tener un armario para los vestidos", confiesa Rockefeller.


















