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En esta casa de campo con tejado a dos aguas, ubicada en un tranquilo vecindario de Vancouver y construida en 1991, los espacios interiores se diseñaron con el objetivo de reflejar el sentido de la elegancia de los apartamentos de Nueva York y Europa, al mismo tiempo que dan forma a ambientes informales, perfectos para el entretenimiento y las cenas familiares.
''Optamos por una versión informal de esos interiores, donde el juego entre lo clásico y lo moderno aún se sintiera fresco y único'', afirma la interiorista Stephanie Brown, responsable del proyecto de reforma y decoración.
A través de muebles eclécticos, materiales naturales combinados con detalles lujosos, y una gama cromática sosegada protagonizada por un blanco suave con toques de color negro, verde y azul, el interiorismo se amolda a las necesidades de sus propietarios –una pareja con 6 hijos, de los cuales solo uno vive en la casa– tanto de día como de noche.
Como el equipo de diseño quería que el fondo principal de la casa se sintiera brillante, pero cálido, acogedor y atemporal, seleccionaron una madera de roble de tono medio con mucha textura y carácter. ''En el comedor, usamos un parquet para dotar de más interés al suelo, y vigas de madera revestidas de manera similar en el techo'', explica Stephanie.
La premisa era otorgar a los distintos espacios de una elegancia casual que pudiera adaptarse a la vida familiar diurna y al entretenimiento nocturno. ''Los colores fluyen, pero se vuelven más intensos en los espacios más pequeños, diseñados para el entretenimiento'', concluye la interiorista.
Nueva organización de los espacios
Antes de la reforma, las estancias estaban compartimentadas siguiendo una distribución clásica, así que se reestructuró la planta principal para crear un espacio abierto y menos formal que mejorase las interacciones entre la familia.
Al volver a planificar la planta superior y reubicar el baño principal, se pudo obtener un vestíbulo de doble altura, amplio y luminoso. La sala familiar ahora es grande y se encuentra junto a la cocina (que incluye una isla espaciosa para las comidas informales). También se diseñó un área más privada para el tocador, además de una despensa. Y en el lado más alejado de la vivienda, se construyó una zona de entrada trasera nueva y más eficiente desde el garaje.
Paleta de colores y materiales
En los espacios principales, se usó un tono blanco suave, mientras que otras zonas, como la sala de estar, el tocador o el despacho, se destacaron con tonalidades intensas como el negro y el verde.
Para la isla de la cocina y la despensa, se eligió un bonito azul verdoso.
Los revestimientos de la entrada y la cocina son predominantemente blancos, con detalles en negro y herrajes y accesorios de latón sin lacar.
El vestíbulo cuenta con baldosas hidraúlicas en gris y blanco.
El aseo exhibe un atrevido papel pintado con dibujos de caras y un lavabo de estilo vintage con el grifo y los detalles de metal dorado.
El dormitorio principal se decoró con el color blanco como base y una moderna butaca con tapizado bouclé.
El baño principal tiene revestimientos de mármol y baldosas de cerámica hechas a mano.
Proyecto e información: Cortesía de Stephanie Brown Inc.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).