Antes de mudarse a la Ría de Muros y Noia, María Moreno y su marido —el inglés Rupert Wakefield— vivían en Londres, donde trabajaban en una agencia de publicidad. Pero la vocación emprendedora de Rupert y la pasión por la decoración de María les llevó a comprar una casa para restaurar. Su idea inicial era Ibiza o Barcelona, pero la familia gallega de María vio el momento para acercar a los suyos.
La madre encontró una construcción en O Cruceiro de Roo y en solo un par de meses cambiaron la city londinense por la rural Outes. La pareja fundó Balula Studio, que ya cuenta con diferentes proyectos de rehabilitación en su cartera, entre ellos, el de esta maravillosa casa en la playa de Aguieira, de las mejores de Galicia. “La construcción original era el ejemplo perfecto del denominado feísmo gallego”—nos cuenta María Moreno—.
“Un edificio de dos alturas, con un bar en la planta baja y tres apartamentos en el primer piso.” Necesitaba una intervención integral: “con el objetivo de crear una casa de alquiler vacacional cómoda y pensando en un público en su mayoría inglés —al que le gustan los espacios amplios—”.
Lo primero que hicieron fue diseñar una nueva distribución, más abierta. En la planta baja se ubicó una gran zona común, sin tabiques, en la que se crearon diferentes ambientes: salón con chimenea, comedor, cocina, un rincón de biblioteca y una zona de juegos, con una mesa de billar para los días de lluvia.
La primera planta se reservó para situar cuatro dormitorios y sus baños. Las obras de rehabilitación también afectaron a la fachada, que se renovó por completo. Además, se diseñaron el jardín y se hizo la piscina.
Tras las obras, que duraron un año, Balula Studio consiguió una casa estupenda, pero le faltaba ese toque especial que dan los elementos arquitectónicos originales y que tienen otros de sus proyectos. En este caso, se había tirado todo, pues no había nada que mereciera la pena conservar. Sería el interiorismo el encargado de dotar de originalidad y carácter a todos y cada uno de los ambientes. Sus señas de identidad son, sin duda, los muebles diseñados a medida, la mayoría con un acabado envejecido muy atractivo, y las puertas de paso, tanto de los dormitorios como de los baños, realizadas a partir de materiales de derribo procedentes de un almacén de Madrid. Como hilo conductor de la decoración, se recurrió a una paleta de color en tonos neutros y sobrios, con pinceladas que dulcifican y suavizan. El resultado, una reforma espectacular, con ambientes impecables, en un idílico paraje donde es fácil desconectar y disfrutar del silencio.
EN PLENA NATURALEZA. Junto a la piscina, el equipo de Balula Studio ideó una estructura de hierro con una cubierta de madera que acoge el comedor de verano. Este espacio se abre totalmente al jardín, un remanso donde relajarse y disfrutar del silencio.
Cualquier espacio merece ser decorado y estudiado al detalle. ¡El de los desayunos al aire libre, también! Elige una vajilla sencilla y adorna el centro de la mesa con complementos acordes con la época estival.
La piscina, con un cómodo acceso escalonado, está rodeada por una zona de solárium pavimentada con madera. Ubicada en un paraje espectacular, es un lugar ideal para refrescarse tras tomar el sol.
En un rincón del porche se creó una zona de estar con un banco de obra en forma de L diseñado por Balula Studio. Se realizó en el mismo color y acabado de paredes y suelo.
El salón se distribuyó en forma de U, con un confortable sofá de grandes dimensiones con chaise-longue como protagonista del ambiente. Gracias a la combinación de muebles de madera con tonos grises, crudos y azules, se logró una atmósfera serena y elegante.
En la planta baja, se creó una gran zona común en la cual se ubicaron el salón, la cocina y el comedor, además de una zona de biblioteca y otra de juego; los ambientes se suceden sin tabiques para potenciar la sensación de amplitud y la luminosidad.
Mediante los materiales y la unidad cromática se consiguió que los diferentes ambientes de la planta baja formaran un conjunto equilibrado y armónico y que, aún así, cada zona quedara perfectamente delimitada.
Pilares maestros y columnas te ayudarán a delimitar ambientes que comparten el mismo espacio. Píntalos del tono de las paredes para integrarlos en la decoración o bien, en un color que contraste con ellas, si quieres darles mayor protagonismo.
En la cocina, los muebles y electrodomésticos se organizaron en torno a una gran isla central que acoge un segundo fregadero y hace las veces de barra de desayunos.
Muebles y complementos de madera, acabados envejecidos, puertas de celosía, paredes pintadas en blanco, pinceladas en verde y rosa… Todo contribuye a configurar un ambiente fresco y relajante en este dormitorio.
En la decoración del dormitorio principal destaca un mix de texturas y diseños: una mesilla de línea clásica, un sillón de fibra de exterior, lámparas colgantes con look retro, una alfombra con motivos geométricos y, a los pies de la cama, una banqueta rústica. Con los textiles en tonos blancos, tostados y amarillos, se logró que el conjunto respirara sensación de unidad.
Tanto en el dormitorio principal como en su cuarto de baño, se jugó con la duplicidad para aportar tranquilidad y equilibrio a la decoración.
Una bañera exenta es el foco de atención en este cuarto de baño; un espacio amplio, luminoso y cálido, decorado con muebles rústicos de madera en acabados diferentes.
Si vas a colocar un par de alfombras en el mismo espacio, no descartes elegirlas de diferentes patrones y texturas, pero procura que combinen entre sí. Una opción segura es que una de las dos sea un diseño sencillo y liso.
Si buscas que un espejo acentúe la sensación de amplitud, colócalo de forma estratégica: lo mejor es que refleje un espacio grande, como una habitación o la vista de la calle, nunca frente a una pared vacía. En perpendicular a una ventana, multiplicará la luminosidad.
Una cómoda antigua se recicló aquí como mueble de lavabo con un acabado decapado muy atractivo. Para ello, lija bien la pieza, aplica una capa de pintura y, cuando esté seca, envejece la madera pasándole una lija fina.
Realización: Dafne Vijande.