Los propietarios de esta casa adosada de arquitectura eduardiana en Bristol, querían transformarla en el hogar de sus sueños. Originalmente, la propiedad se había dividido en dos grandes dúplex, así que tocó llevar a cabo una reforma integral. Con la actual distribución de las tres plantas, el recorrido comienza en una especie de mudroom ubicada en un cubículo acristalado con dos puertas de entrada, una amarilla y otra azul. La franja superior de este rincón destaca por las vidrieras con motivos florales que se extienden hasta la puerta principal, un detalle que nos acerca a ese estilo tan característico de principios del 1900.
El recibidor, decorado en blanco y azul grisáceo, se presenta majestuoso con molduras en los techos, un banco zapatero para la familia, una escalera georgiana con armarios integrados y un suelo de baldosas hidráulicas.
En el aseo de la primera planta, sencillo y discreto, se optó por dejar las tuberías de cobre a la vista, a juego con los grifos y un espejo con cuarterones y marco metálico como un homenaje al estilo industrial.
Fíjate en que las baldosas son las mismas del recibidor.
En el salón, los elementos originales como la chimenea de piedra, las molduras del techo o el suelo de parquet en espiga, conviven con muebles y detalles modernos como la lámpara de techo para dar lugar a un eclecticismo muy armónico, todo en el mismo azul que decora las escaleras del recibidor.
La cocina-comedor se concibió como un espacio abierto y conectado al jardín para convertirse en el corazón de la casa, el lugar donde la familia pasa más tiempo. En medio de la estancia se colocó una isla central con encimera de madera y dos taburetes para las comidas informales. También destacan las puertas de vidrio estilo Crittall que potencian la luminosidad natural.
El comedor goza de ese encanto rústico y acogedor de las casas de campo. Para darle forma se eligió un antiguo banco de madera y un par de sillas pintadas en un azul más intenso que genera contraste. En el centro, una robusta mesa de madera al natural queda rodeada por un par de tronas para los niños.
Siguiendo esa estética vintage que domina la decoración, el mueble de lavabo del baño principal es en realidad una vieja máquina de coser situada bajo una pila estilo farm house. A su lado, una bañera exenta de corte clásico en color verde, reposa sobre un suelo de baldosas hidráulicas.
La misma bañera pero en un color turquesa oscuro con grifería dorada, protagoniza el dormitorio principal, transformada en un espacio de relax frente a la ventana. Las paredes, pintadas a dos colores, engañan al ojo al utilizar el blanco en la percepción de la altura. Junto a la cama, una cómoda de estilo francés en rosa pastel pone la guinda a una decoración de ensueño.
La habitación infantil mantiene las molduras del techo, pintando este último en color malva, y empapelando la zona inferior con un mural ilustrado con árboles para crear un ambiente de fantasía muy apropiado.
Información: Cortesía de Berkeley Place.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).