Cuando la interiorista María Bermúdez —del estudio Quefalamaria—, recibió el encargo de renovar los aires de esta casa de tres plantas en Vitoria, se encontró con una vivienda de veinte años de antigüedad con grandes posibilidades. Sus propietarios —un matrimonio con dos hijas independizadas—, deseaban aprovechar este nuevo momento vital para reinventar su hogar.
Salón y recibidor en un mismo espacio
La distribución —uno de los grandes quebraderos de cualquier reforma— apenas se modificó, de hecho, solo se intervinieron las zonas de paso. El salón, por ejemplo, se abrió al recibidor para ganar amplitud, sin necesidad de emplear puertas. Ambos espacios quedaron conectados a través de un mueble bajo que se utiliza como trasera del sofá y como mueble de recibidor. ¡Veámoslo! 👇
Estilo decorativo: Entre el clásico y el nórdico
El interiorismo de toda la casa exhibe un look a caballo entre el estilo clásico y el nórdico, siempre con colores claros y muy luminosos, con una base neutra y pinceladas azules-verdosas. Todo ello junto al merecido protagonismo de la madera de roble blanqueada. En definitiva, puro frescor.
Un rincón de lectura muy bucólico
Al fondo del salón, aprovechando la estructura de las ventanas a modo de galería, se instaló un coqueto rincón de lectura con dos butacas nórdicas azules y un par de mesas nido en madera y acero, diseñadas por la propia interiorista.
Una cocina que desprende luz
La cocina se planteó de forma que el office quedara al fondo, junto a la ventana. Por otro lado, los muebles blancos sin tiradores y el frente porcelánico con efecto mármol elevaron al infinito la luminosidad natural de la estancia, que ha ganado calidez mediante las baldas de madera con alistonados.
El office se amuebló con una mesa redonda de madera y cuatro sillas de ratán. A su vez, las ventanas se decoraron con estores paqueto que le dan un toque muy elegante.
La escalera conduce a la primera planta, donde se encuentra la suite principal con 38 metros cuadrados. Para su diseño, fue necesario unir dos habitaciones.
Una suite con baño y sala de estar propia
Como el marido de la propietaria trabaja fuera de España, pasa mucho tiempo sola, así que quería disponer de su propia sala de estar en la primera planta.
La sala de estar continúa con el mismo estilo clásico-nórdico que vemos en el resto de la vivienda.
El baño de la suite es igualmente cálido. Parte de la estancia está revestida con azulejos en espiga en tonalidades grisáceas azuladas.
Sorpresa en el ático
La última planta de la casa se aprovechó para construir una zona de relax y teletrabajo con un dormitorio adicional. El techo abuhardillado no supuso ningún impedimento a la hora de crear un espacio luminoso y cálido, gracias a la decoración en tonos neutros y claros. Destaca la librería realizada a medida tras el sofá, o la estantería que actúa como espacio de almacenaje y divisor de ambientes entre el dormitorio y el resto del área. ¿Vivirías aquí? Nosotros, ¡sin dudarlo!
Proyecto e información: Cortesía de Quefalamaria.