Hace más de 180 años, había en Igeldo un precioso baserri que vivía ignorando que casi dos siglos después, seguiría en pie y se transformaría en una moderna casa que acogería a una familia muy feliz formada por una pareja con dos hijos.

Tras dividir el caserío en dos viviendas, la interiorista Nagore Vivian se ocupó de la reforma y decoración de uno de los pisos construido en el antiguo desván, varias veces arrasado por el fuego.

Debido a su estado y a que nunca antes había actuado como hogar, hubo que llevar a cabo una reforma integral, manteniendo únicamente las vigas del techo. Entre ellas, destaca un antiguo mástil que el abuelo del propietario había traído de un barco pesquero del puerto de San Sebastián, hace más de 80 años.

Antiguo caserío vasco rehabilitado en Igeldopinterest
etanowski
Las escaleras de entrada a la vivienda se realizaron en madera a dos tonos, abriendo una claraboya en el techo para que la luz del tejado se filtrara concibiendo un ambiente luminoso.

Dado que las vigas tras su restauración adquirieron un color muy oscuro, y el objetivo era fomentar la luminosidad del caserío, se decidió separar física y visualmente el espacio en dos partes.

La primera mitad se compone por el recibidor, la cocina, el comedor y el salón en un único espacio con techo abuhardillado, cuyas vigas se pintaron en blanco roto a fin de crear un ambiente más limpio y despejado, aportando luminosidad a toda la estancia. Las vigas y el mástil del barco de la otra mitad del piso, es decir, de las tres habitaciones y los dos baños, se mantuvieron en su estado original, haciendo resaltar su color y su textura sobre los fondos blancos de las paredes y los techos.

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Como el desván original era demasiado oscuro, se abrieron ventanas en todas las estancias para que la luz entrara a raudales.
Además de abrir cuatro ventanas, en el salón se diseñó un gran ventanal de más de dos metros, respetando la arquitectura del techo. A modo de repisa, se colocó una pieza de madera de roble única.
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De entre todos los detalles del interiorismo, destaca la elección del suelo en tonos blancos y grises, sumando mayor luminosidad a todos los espacios.

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En la decoración del salón y el comedor, los tonos grises de los textiles combinan con unos cálidos rosas y verdes, creando un único espacio, acogedor y agradable.
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La pared que separa el salón del resto de la casa se hizo con un revestimiento en madera, igual que la puerta de la misma, creando un acceso
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La cocina se adquirió en Schmidt Cocinas en color blanco, para crear armonía y potenciar aún más la amplitud del espacio.

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Todos los muebles de la habitación principal (y de casi toda la casa) fueron adquiridos en IKEA, empleando la parte más alta de la estancia para construir un armario a medida, a modo de vestidor.

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La iluminación se llevó a cabo a través de pequeños focos bien colocados, entre a las vigas y junto a ellas.

La distribución de los baños hizo que la reforma de estos constituyera todo un reto. En el de la habitación principal, se incorporó una bañera de forma asimétrica, respetando la piedra original de la fachada.

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Las dos habitaciones infantiles eran completamente independientes, así que se realizó una separación con puertas correderas para reunificarlas en una única estancia temporal, ya que sus ocupantes son dos hermanos mellizos de 9 años que aún desean compartir cuarto y dormir juntos.

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Antiguo caserío vasco rehabilitado en Igeldo
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Proyecto e información: Cortesía de Nagore Vivian.


Headshot of Aránzazu Díaz Huerta

Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.

Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.

Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.

Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).