Tiene mucha personalidad, apabullante luz natural y un entorno verde que resulta muy relajante. Este piso bajo con jardín es la casa soñada. La luminosidad y las vistas al exterior son todo un regalo. A pesar de tratarse de un bajo, se ha optimizado la iluminación natural al máximo abriendo la vivienda al jardín y logrando una excelente conexión dentro-fuera. Para convertirla en lo que es hoy por hoy, se contó con el excelente trabajo del estudio de arquitectura de Miriam Castells.
Una decoración con un toque industrial
El salón comparte la misma superficie con el comedor y una área de estudio.
La combinación de distintos suelos de mosaico es una de las joyas de la casa.
Las vigas metálicas y el ladrillo visto le dan un aire de loft modernista.
Salón de verano
En el porche se ha instalado una zona de estar al aire libre para prolongar el interior al exterior con un suelo de tarima.
Con varios motivos, los pavimentos son el foco de atención en todos los espacios.
La mesa del comedor es un diseño de Miriam Castells Studio, va provista de ruedas, para moverla e incluso sacarla a la terraza. La encimera es de mármol. Las sillas desiguales y la estantería de almacén son soluciones a la última.
Cocina en blanco impoluto
Dispuestos en paralelo, los muebles de la cocina rentabilizan hasta el último centímetro. Se han combinado armarios blancos y en madera. ¡El contraste es genial!
Una zona de almacenaje ocupa la pared al completo e incorpora los electrodomésticos. El compacto conjunto ofrece mucha cabida. Los cajones inferiores tienen por tirador un rebaje en el frente. El acabado en madera tosca, con nudos a la vista, es parte de su encanto. Las baldas de madera son perfectas para colocar botes de cristal y pequeños electrodomésticos. Decoran sin abigarrar.
Dormitorios poco convencionales
Muebles recuperados, como el armario pintado de amarillo y la butaca de mimbre, así como las cajas-estante, singularizan el cuarto infantil.
El dormitorio principal tiene vistas a la terraza
La cama, vestida en tejidos naturales, se ha colocado frente al balcón para disfrutar de las vistas, que no obstaculizan las livianas cortinas. Un dormitorio con los muebles justos donde se respira un aire tranquilo.
Un espejo de pie, un maniquí para colgar la ropa y luz: no se necesita más en este bonito espacio.
El baño, con azulejos tipo metro, grifo mural, lavabo de mármol Macael y estante-toallero. ¡Súper original!
Plano de la vivienda
El equipo de la arquitecta Miriam Castells recibió el encargo de reformar y decorar toda la casa. El objetivo fue crear ambientes funcionales y alegres, pero llenos de guiños estéticos que recuerdan a épocas pasadas. De ahí que para los revestimientos se recurriera a materiales que recrean modos decorativos del siglo XX, como el pavimento de mosaico del salón-comedor, sin duda, muy llamativo.
El suelo hidráulico combina tres tipos de dibujos, separados entre ellos por franjas de baldosas blancas que armonizan el conjunto y delimitan visualmente las zonas -estar, comedor, estudio-. La pared de ladrillo en este triple ambiente y los elementos estructurales que se han dejado a la vista -las vigas metálicas o los conductos de aire acondicionado- recuerdan las casas modernistas e industriales de primera mitad del siglo XX.
El cuarto del bebé reúne muebles reciclados e ideas prácticas
En cuanto al equipamiento, se han elegido piezas pequeñas para evitar el abigarramiento y obstaculizar la iluminación natural. También se ejecutaron mejoras en este sentido, por ejemplo, se instaló una cristalera de acceso a la terraza, que ofrece una estupenda panorámica. La madera y las fibras naturales están muy presentes. Todo se ha pensado para reunir calidez, funcionalidad, belleza y un marcado sello de identidad. La vivienda brilla con luz propia. ¡Sobresaliente!
Realización: Olga Gil-Vernet.
