Un piso vivido con espíritu Feng Shui
Luminoso, amplio y muy coqueto. Así es el ático de Marisa, florista de profesión y apasionada de la decoración, que ha impregnado cada rincón de encanto con muebles sencillos que ganan presencia gracias a los complementos.

Un recibidor que da la bienvenida

Marisa ha cuidado cada detalle de su vivienda sin renunciar a la funcionalidad. En el recibidor ha optado por un mueble zapatero, de Ikea, que ha decorado como si fuera una consola con una lámpara de sobremesa y un arreglo floral encima. En la pared, un espejo redondo. El tono plateado de su moldura destaca y da luminosidad a la pared, pintada en un tono piedra.
Abierto a la naturaleza

Una fotografía vertical confiere profundidad al pasillo, que parece abrirse al exterior. La sensación es de calidez gracias a la madera del suelo, la limpieza de las paredes en blanco y la acertada combinación de accesorios: unas letras que recuerdan que esta casa es un hogar (HOME), una pequeña bicicleta (un guiño vintage muy coqueto), baldas con libros y un perchero.
Pieza auxiliar

Combinar objetos con solera, con aire vintage, recuperados, encontrados o heredados con otros recién adquiridos o más actuales enriquece el ambiente cuando encajan bien. Nuestra lectora encontró este cesto en un mercadillo. Nada más verlo supo que quedaría perfecto en el recibidor junto a la bicicleta y el vinilo que decora la pared. Después de limpiarlo a conciencia, pasó una lija suavemente y aplicó barniz para protegerlo.
A modo de vitrina

Solo necesitas un marco con fondo, tipo vitrina, para exhibir algún recuerdo o una miniatura que te apasione. Marisa encontró por su casa un diccionario antiguo y lo colocó en el lugar que se merecía. En un marco de Ikea, modelo Ribba, pegó un trozo de panel japonés como base, un trozo de corcho para que el diccionario se apoyase en el cristal y quedase sujeto por presión y metió una enredadera artificial, que le da un toque natural.
Pura vitalidad en el salón

Marisa recurrió a los consejos de un especialista en Feng Shui para decorar su piso. De esta manera, escogió cuidadosamente la posición de los muebles y los colores para que la energía fluyera en cada estancia. En el salón, el naranja aviva los tonos neutros predominantes en una composición que rebosa vitalidad. Un panel empapelado enmarca el sofá y destaca su presencia.
¿Te apetece un té?

Tomarse un té o el café o cualquier refresco en esta bandeja con patas de estilo retro es una inyección de vitalidad gracias al tono naranja que cubre la superficie. Marisa cuida cada detalle y para que esta bandeja, adquirida en un mercadillo, no desentonara en el salón utilizó el mismo papel pintado que cubre la pared. La combinación con el tono de la madera y las sinuosas líneas de la bandeja hacen el resto para que el conjunto sea, simplemente, impecable. El truco: coloca un cristal encima para que no se estropee con el uso. También puedes utilizar un vinilo para recubrir la bandeja.
Ordena y decora

¿Dónde poner las mantas y plaids para que estén a mano pero sin ocupar un valioso espacio dentro del armario? Aquí está la solución para que luzcan de manera ordenada y decorativa. Instala en la pared o detrás de una puerta una barra de cortina, cortada a la medida que necesites. También es válida para colocar algún cojín.
Una funda de cojín en un abrir y cerrar

Una bolsa de algodón ideal se ha convertido en la funda de un cojín. ¿Cómo? En cuanto la vio en C&A Marisa la compró, sabiendo que no la utilizaría como bolsa. ¡Mejor darle un nuevo uso que mostrase su encanto natural! Introdujo un relleno de cojín en la bolsa, cortó las asas e hizo un nudo con ellas. Visto y no visto.
El comedor, una invitación a comer

Con una amplia mesa en madera, el comedor hace gala de calma y sosiego. El blanco de las sillas, la luz natural que recibe por la ventana y las plantas rematan un conjunto perfecto para disfrutar de una comida con amigos y familiares. La profesión de Marisa se deja ver en cada ambiente con plantas y arreglos florales que dan vida al mobiliario. El aparador es una composición de módulos, de Ikea. Las dos lámparas de fibra calada que caen sobre la mesa acortan visualmente la distancia entre el techo y el suelo y producen un agradable efecto de calidez.
Una lámpara bola muy decorativa

¡Qué buena idea! Nuestra lectora nos indica que cualquier escultura de este tipo -calada, con agujeros o similar- sirve para hacer esta lámpara, que aportará una luz agradable y creará una atmósfera íntima gracias al juego de luces y sombras que proyecta. Ella ha utilizado este adorno redondo de ramas de kuwa, de venta en floristerías. Lo único que hay que hacer es introducir una tira de leds o una guirnalda de luces por una de las aperturas y dejar el mecanismo de encendido y apagado a la vista.
Una pared con mensaje

Un sencillo vinilo y una fotografía decoran la pared que se encuentra frente al aparador en la zona de comedor. El blanco da unidad a todos los ambientes, aunque nuestra lectora los ha unificado también a través de los complementos. Por ejemplo, sobre la mesa, un camino realizado con la misma tela que algunos de los cojines del estar.
Bien atados

Una idea muy sencilla: atar un par de cojines grandes, de suelo, con un bonito cinturón. Te servirá de puf y ganará en altura, por lo que no será necesario agacharse tanto para sentarse sobre él.
Madera al natural

Cuando Marisa se topó con esta pieza de madera presentaba tal aspecto que tenía la certeza de que necesitaría una profunda tarea de restauración. Pero nunca pensó que resultaría tan fácil: una mano de lija en la superficie y en los bordes y ¡voilá! Una bandeja de aspecto natural. El arreglo es de lo más romántico con unas velas y unas flores.
Rincón chill out

Perfecto. Un cojín mullido en el suelo y una mesita auxiliar de lo más natural. Y es que nuestra lectora convirtió un tronco en un complemento deco. Se enamoró de su forma y se lo llevó con ella. Tuvo que quitarle la corteza y lijar todas las irregularidades pero el resultado mereció la pena. Con unas velas la calidez de la composición está servida.
Una terraza para disfrutar

Amplia y diáfana. La terraza de este ático es un oasis. Marisa la ha distribuido en dos zonas: una de comedor y otra de relax con mobiliario de fibra sintética y mullidos cojines en color blanco.
Una mesa de centro para el exterior

Económica y muy actual. ¡Cuántas veces os hemos propuesto en las páginas de la revista realizar esta manualidad! Nos alegra ver que Marisa se ha lanzado. Y le ha quedado espectacular. Ella misma nos cuenta que lo primero que hizo, después de adquirir un palé que estuviera en buen estado y se adaptara a las medidas que quería, es lijar con esmero. A continuación, aplicó un par de capas de imprimación y una mano de pintura para madera apta para exterior. Finalmente, colocó las cuatro ruedas, atornillándolas a la base.
Un estar perfectamente coordinado

Esta mesa de estilo industrial imprime carácter al estar de la terraza. El color blanco escogido es, sin duda, un acierto, a la vista del resultado estético del conjunto
Flores secas

Si se seca la variedad adecuada y de la manera correcta, el resultado es realmente bonito. Así disfrutarás de las flores mucho más tiempo. Marisa, como florista que es, sabe conseguir el resultado perfecto. Consultad en una floristería y lograréis un arreglo floral eterno. Nuestra lectora secó hortensias y recomienda esta variedad porque es perfecta para secarla de manera sencilla. Deben hacerse cuando aún están frescas y para ello solo hay que dejarlas en un lugar oscuro y seco. El truco que nos propone Marisa es rociar laca por encima cuando llevan uno o dos días de secado para fijar las flores más pequeñas.
Decora y protege

La mesa de comedor de la terraza luce un sobre muy personal. Sobre una chapa muy fina, Marisa pegó un panel japonés cortado previamente a la medida exacta de la chapa (que coincide con el tamaño del sobre de la mesa) y remató con un cristal encima para protegerlo de manchas y del sol. Un acabado que aporta un toque zen a la composición.
Un centro de mesa en tonos verdes

Encima de la mesa, un centro con detalles caseros. Sobre una bandeja Marisa ha colocado unas flores naturales, un par de candeleros y unos botes de cristal, que ella ha decorado con una cinta de color anudada y unas piedrecillas de color en las que se apoyan las velas de té.


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