Tener un cuarto de baño, una cocina o un salón con azulejos divinos no depende solo del precio. La forma en la que se colocan (¡sí, existen varias!) puede ser la clave para que digas "¿ves cómo valía la pena meterse en una reforma?" y cosechar una legión de seguidores en las redes.
Empecemos por hablar de formatos. Los azulejos ya no son lo que eran. Esa cocina de tu bisabuela, con piezas blancas cuadradas tan asépticas que uno podía imaginar en ella al cirujano extirpando con el bisturí las alitas al pollo, ha pasado a la historia. Las firmas ofrecen modelos cuadrados, rectangulares, hexagonales, mosaicos…
Pero, además, están los diferentes acabados: mate, satinado, brillo… y la forma en la que se terminan. Ahí tienes los biselados, como los famosos azulejos tipo metro, que se rematan con un bisel —un corte oblicuo en los bordes— para que, al instalarlos, la pared gane profundidad y se perciba más dinámica.
Otro factor clave son sus texturas. Los azulejos pueden ser planos, pero también ofrecer superficies con relieves que, cuando la luz incide sobre ellos, logran un precioso juego de luces y sombras.
¿Y respecto a los tonos? Aquí sí que ha tenido lugar toda una revolución. Los neutros y pastel de siempre conviven ahora con tonos flúor y gamas infinitas dentro de un mismo color. Un ejemplo: el azul ya no es solo celeste o marino, sino que ha dado lugar a tonos como lapislázuli, índigo, zafiro, ártico… Y las nuevas tecnologías, como la impresión digital sobre base cerámica, permiten trasladar a paredes y suelos desde un paisaje hasta aquello que tu imaginación sugiera.
Elijas el que elijas en tu reforma, lo importante es decidir cómo quieres colocar los azulejos para que la reforma sea de ¡olé!
Junta corrida vertical. Los azulejos se instalan uno a continuación del otro, solo que en vertical para dar sensación de más altura.
Matajunta, tresbolillo o contrapeado. Las piezas se colocan en líneas horizontales, pero se alternan para que el corte vertical quede justo en la mitad del azulejo superior. Si instalas las juntas en un color que contraste (por ejemplo, piezas blancas con juntas negras y viceversa), resaltarás aún más el efecto.
Junta corrida horizontal. Es idéntico a la junta corrida vertical, pero con las piezas tumbadas. Ideal para que el ambiente parezca puro orden.
Espina de pez. Una manera de colocar los azulejos fácil de recordar, tanto por su forma como porque has visto mil veces su patrón en los suelos de parqué. Las piezas se instalan inclinadas de manera que formen una V.
Formatos triangulares. Quedan espectaculares cuando son triángulos equiláteros que se unen por los lados. Para que el efecto quede más impactante, anímate a combinar colores que contrasten.
Piezas hexagonales. Se colocan en forma de panal, unidas por sus laterales. ¿Lo más? Alternar diseños de diferente color, acabado y textura.
Formatos en función de la zona. Una instalación que triunfa es la que combina diferentes piezas y formas de colocarlas para delimitar ambientes en un mismo espacio. ¿El requisito imprescindible? Que los colores sean armónicos entre sí.