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¿Dónde vamos después de la muerte? ¿Hay vidas paralelas? ¿Qué conexiones existen entre las civilizaciones antiguas y las del futuro? Preguntas existenciales y grandes incógnitas de la humanidad a las que Mariana Montero y Ricardo Rovira responden con sus obras de barro a través de una mirada surrealista. Se trata de pequeños accesorios útiles (o no) para la casa que plasman siempre una mensaje subliminal con una dosis de humor inteligente que roza a veces el disparate. Todos nos gustan, porque todos son arte: desde un astronauta que atraviesa la pared, hasta unos candelabros con forma intestino (por que la belleza está en el interior) o una señora chismosa que espía en una pared. Una propuesta que nos revela el resurgir del arte en la decoración , según los interioristas expertos.
Mariana y Ricardo vienen del mundo creativo y publicitario, una cuestión que sin duda ha marcado su trayectoria como ceramistas, buscando siempre ideas para plasmar en sus piezas. Desde su taller en Las Matas (Las Rozas, Madrid), donde Mariana también imparte clases de cerámica –«¡pura terapia!», comenta–, trabajan bajo el nombre de No hay mapas: «Nuestro propio nombre habla del mensaje que queremos trasladar. Si no hay mapas, no hay fronteras, así que cada uno tiene la libertad de trazar su propio camino. En nuestro proceso creativo, cuando pensamos en una pieza nueva no pensamos en si le va a gustar al público, si convive bien con las otras piezas o si tiene un mensaje; creamos porque nos divierte hacerlo, disfrutamos ante todo el proceso». En su variado y divertido catálogo encontramos dos tipos de objetos cerámicos, hechos generalmente en loza blanca esmaltada: por un lado, piezas útiles para la casa y, por otro, los puramente ornamentales. Pero en todos ellos se revela una esencia artística: «A nuestras obras funcionales nos gusta denominarlas "esculturas de uso diario". Tienen una conceptualización y manufactura exactamente igual a las que no son de uso práctico», explican los autores, que venden sus obras en su web y diferentes tiendas de cerámica (puedes consultar la lista en su página).
Sus clientes conectan con su filosofía experimental, con sus mensajes y su humor. Saben que no todo el mundo es capaz de poner un candelabro con forma de intestino en su salón, pero sí los altavoces inalámbricos cerámicos Toulouse, que son bellísimos y prácticos: « Tenemos un abanico variado de clientes, pero probablemente el denominador común sea que primero, tienen sensibilidad artística y luego quieren dar un toque original y creativo a su hogar», nos explican ambos, que reconocen que sus piezas no son baratas, pero son piezas únicas hechas a mano.
Gema Marcos es periodista y está especializada en temas de decoración, diseño, arquitectura y hoteles. Licenciada en Ciencia de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado muchos años en la redacción de revistas de interiorismo y estilo de vida.
En la cabecera Nuevo Estilo es donde se formó y adquirió sus conocimientos sobre el mundo de interiores. Entrevistar a decoradores y arquitectos del panorama nacional, viajar a las ferias europeas de diseño y acudir cada semana a ruedas de prensa de las marcas de muebles le ayudaron a conocer más a fondo el mundo del interiorismo. Además tuvo la suerte de coordinar la sección hoteles de esa revista, lo que le permitió entender mejor el funcionamiento y la puesta en escena de algunos de los mejores hoteles de España y Europa.
Actualmente es freelance y colabora para nuestras revistas Elle Decor y Nuevo Estilo, además de llevar la comunicación y difusión en medios de algunos estudios de interiorismo nacionales. Le gusta su trabajo y disfruta escribiendo sobre proyectos de viviendas, contract, artesanía y viajes. En realidad el mundo de la decoración le ha atraído desde que era pequeña... Sabe que rodearse de cosas bonitas es algo esencial para estar contentos cada día.
Gema se divierte descubriendo nuevos alojamientos y localizando objetos curiosos en tiendas y almonedas que le inspiran, además, a la hora de escribir. Le encanta cambiar y mover los muebles de casa cada dos por tres, encender la chimenea, pasar horas en la cocina y abrir un vino en compañía. Prefiere el invierno al verano y le gustan más los potajes que el gazpacho. Su lugar favorito es Villarrube, su pueblecito materno.