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“Así enumeradas parecen muchas cosas”, bromea Sara Uriarte cuando le preguntamos con qué faceta se siente más cómoda: artista, interiorista, florista o diseñadora. Ella nos lo explica: “Cordero Atelier somos un estudio creativo que no se cierra a ningún proyecto y en el que constantemente estamos innovando”, detalla esta madrileña con raíces ponferradinas. Sin duda, esa curiosidad le viene de siempre porque, tras formarse como farmacéutica y ejercer durante tres años, dio un giro a su vida estudiando interiorismo para acabar trabajando en el estudio Living in Pink con las interioristas Miriam y Nuria Alía y Patricia Bustos.
“En tercero de carrera ya sabía que me faltaba algo. Por eso me fui a Italia a acabarla a una escuela en la que la gente era de distintos campos artísticos para mezclarme con interioristas, escenógrafos...”, recuerda. Cuando sus mentoras emprendieron caminos por separado, Uriarte fundó Cordero Atelier (lo bautizó así en honor a su segundo apellido) y junto a un pequeño equipo comenzó a decorar y diseñar eventos y fiestas privadas. Y entonces llegaron las flores. “Me di cuenta de que siempre se usaban las mismas flores para este tipo de proyectos. Por eso empecé a hacerlo con mi estudio, fue casi por necesidad”, resalta.
Con el boca a boca, su trabajo se fue haciendo más conocido: una de sus bodas salió publicada en revistas de moda y sus atípicas intervenciones se convirtieron ya en marca de la casa además de en su campo de pruebas para experimentar. “Quizá por mi formación me gusta mucho lo que le pasa al cuerpo humano y la botánica. Paso tiempo mirando las plantas de una forma muy analítica: las estrujo, les quito partes...”.
Llegaron nuevos retos que le dieron todavía más visibilidad, como trabajar para Hermès (“fue increíble, ellos me impulsaban a que todo fuera cada vez más y más grande”), participar en el festival Flora de Córdoba, donde obtuvo un segundo premio con una obra que habla de la descomposición y la muerte de las plantas, o la intervención de una de las fachadas del Museo del Prado de la mano de Casa Josephine. Fue un rotundo éxito. Estaba pensado para una semana y la pinacoteca decidió ampliar su duración para ver cómo envejecían las hortensias preservadas con las que había tapizado las columnas.
Ahora, tras abrir un nuevo estudio en Mahón, la nueva obsesión de Sara y su equipo ya no es lo vegetal: es la cerámica. “Me he comprado un torno y aquí en Menorca tengo tiempo para experimentar. Creo que es un material que se puede transformar y usar de muchas formas, aunque todavía no sé dónde me llevará...”, concluye la creadora. Estamos deseando admirarlo.
Eduardo Infante es periodista especializado en estilo de vida, concretamente en temas de diseño, interiorismo, arquitectura, artesanía y decoración.
Desde hace casi una década ha centrado su carrera en seleccionar y escribir sobre las novedades más interesantes en estos campos: desde la reforma de una vivienda a la inauguración de un nuevo hotel, pasando por la última colección de muebles outdoor o el lanzamiento de un libro especializado.
Licenciado en Periodismo en la Universidad del País Vasco, antes de formar parte del equipo de Elle Decor España ha trabajado como redactor en AD España, la revista Tentaciones o la agencia Europa Press. Como colaborador, su firma ha sido habitual en medios como El País, Arquitectura y Diseño, Vanity Fair o El Confidencial.
Además de su trabajo como periodista, Eduardo Infante ha trabajado como consultor de comunicación y content curator para estudios de interiorismo y arquitectura y como copy creativo para marcas del sector. También ha impartido clases en varios cursos dirigidos a profesionales del interiorismo y es profesor de la asignatura de Comunicación de Proyecto en el Máster de Interiorismo de IED Madrid.
En sus ratos libres, se declara fan fatal de Los Simpson, los podcasts de true crime, la música Italo Disco y el vermut.