Comenzaron a pensar en ello en un pequeño bar londinense. Después, la interiorista Mª Antònia Marquès y el creativo Álvaro Garriga decidían dejar Barcelona para trasladarse al pueblo de la primera, Binissalem, en el interior de Mallorca, y montar Con Alma Design. "No fue solo una aventura profesional, buscábamos también un proyecto familiar, que, tras ir aprendiendo día a día, se ha acabado materializando en lo que hoy somos: una pequeña empresa de diseño de muebles y complementos de cocina", nos cuentan.
Estos dos amantes de las pequeñas cosas, como ellos mismos se definen, han hecho de la madera su razón de ser: "Es un material noble, vivo y eterno, al que el paso del tiempo embellece. Pero requiere cuidarlo y trabajarlo muy bien para obtener lo que deseamos. Por ejemplo, hay que respetar el secado natural de la madera y eso implica esperar meses antes de que sea óptima para manipularla. Usamos fundamentalmente almendro, pino u olivo, especies autóctonas que hay en la finca donde tenemos el taller, pero también jugamos con otras variedades como roble y haya cuando los clientes nos lo piden".
Del ingenio y las manos de esta pareja de creadores surgen piezas especiales, con alma –el nombre del taller no podría ser más apropiado–, que fusionan diseño y naturaleza. Para inspirarse no tienen que ir lejos. "Mallorca es un lugar maravilloso, con sus colores, sus tierras... Buscábamos una vida sencilla que nos diera paz interior y las herramientas para ser creativos, y la isla lo tiene todo. Del campo al mundo. Así es y será siempre".